viernes, 14 de diciembre de 2012

JESUSITO DE MI VIDA


- "Jesusito de mi vida, eres niño como yo. Por eso te quiero tanto y te doy mi corazón. Tómalo. Tómalo. Tómalo. Tómalo. Tuyo es y mío no -Aurora coge aire-. Los amantes de Teruel... Tonta ella y tonto él. Jesusito de mi vida, eres niño como..."


¿Os imagináis pasar revisión traumatológica, en el hospital, a una mujer que presenta esta verborrea constante? Y si digo constante, es constante. Salvo si duerme. Ah, y le podéis añadir una fuerte hipoacusia que hace que las preguntas tengan respuestas, como poco, sorpresivas.

Así no hay quien valore la evolución de una intervención de cadera, más allá de la radiografía y el visionado de la cicatriz. Porque, ya lo imagináis, Aurora también tiene un deterioro cognitivo tipo Alzheimer. Todo junto es un cóctel molotov, que dinamita cualquier exploración por una persona ajena a ella.

Si, porque el que la conoce, sabe que presenta cambios en sus frases verborréicas, cuando la incorporas cuatro veces y le haces cargar sobre la pierna operada. Sabes que el gesto facial le cambia. Que te coge las manos y te las besa, para que no la levantes. 

Entonces, no te vale que venga de la revisión con un "dice el médico que la fractura está bien. Que no entiende por qué no está caminando".

Aurora es más que una cadera rota y operada. Es más que una paciente con Alzheimer. Es todo eso y más. La comunicación interprofesional ayudaría. Aurora logra participar en su tratamiento -algo vital-, pero nos bloqueamos en la puesta en carga. No es que no quiera porque no quiere, es que le pasa algo. Y El tratamiento del traumatismo, pero a nivel de tejidos blandos, está solucionando el problema.

Así que la próxima vez que miremos un anciano, a través de su radiografía, recordemos que esos huesos tienen otros tejidos a su alrededor, que también se golpearon, que también se operaron, y que también saben doler muy bien. 

Y más allá todavía. Esa cadera se llama Aurora y tampoco baila.

domingo, 25 de noviembre de 2012

FISIOTERAPIA: LUJO DE REYES Y MILLONARIOS

Nos llena de orgullo y satisfacción, saber que el rey ha iniciado su tratamiento fisioterápico el mismo sábado, horas después de su intervención. Y todo porque quieren una recuperación buena y rápida.
¿Qué profesional se queda tal cual, con tan buena valoración de su profesión?

Después vas a tu trabajo y ¡ZAS! la realidad te da en toda la boca. Hay pacientes y pacientes. Operaciones y operaciones. Derivaciones y ...

El rey necesitaba que pusieran a tono su flamante nueva cadera. Con 74 años, desde mi experiencia en geriatría, puedo decir que no es viejo. Le queda mucha guerra por dar (va sin segundas). Y me parece perfecto que le den de lo bueno, lo mejor. Actualmente, una prótesis de cadera devuelve la vida a muchas personas limitadas en movilidad y con dolores intensos. Y el rey no iba a ser menos.

Sin embargo, no termino de pillar el concepto variable de la derivación a fisioterapia. Es decir, unos tanto y otros tan poco. Si eres deportista de seis mil euros la articulación, rey, noble o similar, la fisioterapia es intensiva, vital, eficaz, necesaria, fiable, etc...

Pero si eres un viejete normalico, con tu pensión y tus nietos. Mejor te recuperas caminando tu solito, por casa y esas cosas. Total, qué vas a esperar, con ochenta años, de tu artrósica rodilla, o de tus gastados pulmones o tu trabajado corazón. Ya digo, salvo que seas un importante o valgas tu peso en oro.

Si eres una persona anónima, mejor espera a que ceda la contractura y el dolor para ir a un fisio. No, no vayas a fisioterapia que hacen daño (¿El resto de sanitarios NUNCA causan dolor, ni en las curas, ni cuando han operado, ni en las exploraciones, ni en las manipulaciones, ¡vamos! Algunas veces no queda más remedio). No vayas a fisioterapia porque estás con reposo y esa articulación no puede moverse (y del resto de articulaciones, órganos y aparatos ni hablamos, claro). No merece la pena que te prepares para una cirugía, que te enseñen a toser, a movilizarte, a cuidarte.

Nada de basarse en la evidencia. Sólo en la cuenta corriente del paciente. O es que si parece humilde, y no puede llegar a tiempo a superar la laaarga lista de espera, no puede acudir a un profesional privado. Eso me hace pensar que el rey no ha tenido que pasar por la ignominiosa lista de espera. Ah, no, que en la Quirón no hay lista de espera. Se me olvidaba.

Si mi trabajo y mi esfuerzo es bueno para unos, lo es igualmente para el resto de los mortales ¿A quién se lo tengo que grabar a fuego?




viernes, 23 de noviembre de 2012

ERASE UNA VEZ: UNA REUNIÓN DE EQUIPO... QUE FUNCIONÓ

A estas alturas del cuento, nadie discute la necesidad de trabajar en equipo. Ya queda muy vieja la discusión sobre multidisciplinar, interdisciplinar ocualquierotraforma. Ahora la cosa está en cómo funciona "la cosa". Distintas sensibilidades, distintas categorías, distintas opiniones, distintas visiones.

En mi centro nos reunimos por turnos y todos juntos-fuenteovejuna. Médicos, enfermeras, trabajadoras sociales, terapeuta ocupacional y fisioterapeuta. Estas dos últimas vamos a todas porque somos figuras únicas. Poco a poco, también se incorporan auxiliares de enfermería -según qué temas se traten-.

Mira que es difícil que se entienda lo del intercambio de visiones y "el triunfo" de la opinión que más gente ve como adecuada. Las auxiliares dicen que no van, porque no pintan una mona, que sólo son limpiaculos. El médico dice que no entiende por qué no se le hace caso. Las enfermeras que si la cura es tuya, que si mía. Las trabajadoras sociales que a ver quién le dice a la familia ese cambio. La terapeuta no puede acudir porque la convocaron a otra cosa. Y la fisioterapeuta -servidora- que no siempre se entera de todo, buscando el equilibrio. 

Los de la mañana porque hay mucho trabajo. Los de la tarde porque son muy pocos. Los de la noche porque se sienten olvidados.

Así cada reunión... ¿No notáis que falta algo?
Venga, os doy unos segundos para pensar... tic...tac...tic...tac...
¡Exacto! Un caramelo para el lector de gafitas del fondo.

EL USUARIO.



Sip. Creo que se podría llegar a un acuerdo mayor y más comprometido si todos pusiéramos al usuario en el medio de la reunión. Que cada uno mire bien y piense "¿Qué puedo hacer por él, desde mi puesto?". Hay se incluye cantidad de personal, turno, categoría, etc. Pero se oferta desde el otro lado. Buscando lo mejor -que no siempre coincide con lo que él quiere- para el anciano que recibe nuestros cuidados.

Creo firmemente que los equipos funcionarán genial, cuando se ponga el acento donde realmente tiene que ponerse y no en lo que yo digo que es correcto.

Y, me llena de orgullo y satisfacción, decir que la última reunión del equipo de mi residencia funcionó así. Y dio gusto.

martes, 13 de noviembre de 2012

COLOCAME LA TETA

Con las personas mayores, como con los niños, corremos el peligro de hacerlo todo para terminar antes. El tiempo es el gran enemigo de todito todo. Que si hay que levantar a ciento, que si la mitad antes de las nueve, que si tocan mil duchas, que si la medicación de la planta, que si las grúas, que si tal... Vamos corriendo por las habitaciones, por las plantas, por los pasillos. Como si la vida fuera un paso por delante.
Y, si encima el usuario-paciente-abuelo, se deja hacer, pues tenemos la ecuación perfecta.
Hoy subí a una planta para echar un vistazo. Movilidad, ergonomía, riesgo de caídas, ayudas técnicas, autonomía, equilibrio y demás cosas que miramos los fisioterapeutas por las plantas a horas intempestivas, como la de levantar.
Así entré en la habitación de Adela. ciento cuatro años muy apañados. Hace uno mes y medio se cayó y creyó que no volvería a caminar. Pero no quisimos darle la razón y por ahí va, con su andador. Sin embargo, hay cosas que empiezan a llamar la atención. Con la tontería de charlar con ella y su auxiliar de referencia, estuve en el aseo y vestido. Ya de paso echando una mano, que una no vale para estar de brazos cruzados. Y cuando le ponen el sujetador, se queda a la espera, mientras abrochan los corchetes.

- Adela, hija, recolócate los pechos que se te escapan.
- No - Me responde, mirando a ninguna parte.
- ¿Cómo que no?
- No, que ella lo hace mejor - añade, cabeceando hacia la compañera-.
- Pero si no te pasa nada en los brazos.
- Que no.

Son pequeños gestos, pequeños detalles que nos dan la alerta. No hay ningún tipo de limitación para ese gesto, ni tronco, ni hombros, ni codos, ni manos. Ni mucho menos en los pechos. 
Sin embargo, es otro pequeños detalle de cierta rendición. Poco a poco. 
Mañana la voy a poner una parrilla nueva de ejercicios para miembro superior. Y otro para el amor propio de una mujer que ha sido tan batalladora.

jueves, 27 de septiembre de 2012

UNA VAGA MAS

Es curioso el concepto de trabajo que tiene la gente. Que principalmente se reduce a  "Si no me está tratando no da palo al agua". Si es que te dan esa posibilidad, claro.

Hace unos días, volvió del hospital Maruja. Se le luxó la prótesis de rodilla y volvió del hospital con una aparatosa fijación externa. Como le molesta bastante, pasa gran parte de su jornada en la cama.
Mientras mi auxiliar hace la tabla de gimnasia, yo aprovecho para buscar informes, pasar por la enfermería, tratar algún encamado, etc. Así que pasé por su habitación:

- Hola Maruja ¿Cómo estás?
- Hola Olga, aquí con Manuela que ha venido a saludarme - responde mientras me señala a una señora menuda, parapetada tras su andador.
- Hola Manuela, no le había visto.
Ella responde con una elegante elevación de ceja. Que ya es mucho.

- ¿Me permites? - pregunto, mientras levanto la sábana que tapa la pierna de robocop.
- Claro, claro - y con un punto de desprecio, añade- pero tú no puedes hacer nada.
- ¿Eh? - Me sorprende el comentario, no el puntito - ¿Qué no puedo hacer?
- Pues eso, nada - Y añade como quien gana un punto - que dicen en el hospital que tú no puedes hacer nada. Que no me lo toques. Que no puedo hacer fisioterapia. Hasta que ellos digan.
- Ah, bueno. Si lo dicen en el hospital.
- Claro. Así que nada.
- Bueno, pues que te mejores - girándome, miro a la parapetada tras su pesado andador y  saludo - adiós Manuela. Te dejo que le des conversación.
Y me gano otro levantamiento de ceja. Es mi día de suerte. Una mirada de desprecio y dos levantamientos de ceja.

Con las mismas, y sabiendo que no me va a dejar iniciar ningún tratamiento, me ahorro el explicarle que debería trabajar con la otra pierna, las otras articulaciones de la perjudicada. Ni hablamos de tronco, brazos, cardiorrespiratorios, etc, etc. Si antes no quería ni acercarse a la puerta de mi sala, ahora no iba a ser menos.

Salgo al pasillo y me encamino a mi despacho, cuando observo que tengo los cordones desatados. Así que me paro y me agacho para atarlos. Como estoy al lado de la puerta, puedo escuchar la conversación de las mujeres.

- Esta es otra - dice Manuela -. Son todas iguales.
- Y que lo digas - confirma Maruja -. Todo el día por ahí, perdida, sin trabajar. Es que se pasa horas sin aparecer por el gimnasio.
- Si. Una vaga y perezosa. Como todas las de la casa ¡Menudo personal tenemos!.
- Una pena - y como un lamento, Maruja añade - Así ¿Cómo me voy a recuperar yo?

¡Toma! Pues por intervención divina. Que es francamente eficaz.

Así que me marché para hacer un rato el vago entre informes médicos.

lunes, 17 de septiembre de 2012

PARA TIRARSE DE LOS PELOS

Como no doy a basto, ando siempre con valoraciones pendientes de los nuevos ingresos. Algunas veces es peor, están valorados y hablo con la familia sobre su asistencia al departamento... Y después se me traspapela el abuelo.

Después me llegan sorprendidos los familiares, pues no ven que acuda. Hay entono un "mea culpa" y voy corriendo a mi cronograma, lo miro fijamente a ver si taladro un hueco y se lo asigno.

Hoy fue uno de esos casos. La mujer muy sonriente y farfullante. Por lo que empezamos ejercicios con la pelota de espuma, para brazos, coordinación, movilidad, etc.
Como se la veía colaboradora, pasamos a ponerla de pie. A la indicación de "Vamos Elena, ahora nos ponemos de pie, estiramos las piernas y nos damos un paseo" ella procedió a desatarse los zapatos, con la mejor de sus sonrisas.
- No, mujer. Hoy caminamos con los zapatos puestos. Mañana si quieres ya vemos lo de descalzarnos - y, como si tal cosa y la mejor de mis sonrisas, me agaché para calzarla de nuevo.

Con una rapidez digna de las olimpiadas, la buena mujer se aferró a mi cabellera y me zarandeó las neuronas. Creo que la idea de ponerse de pie no le parecía tan estupenda como yo creí entender.

Me convenció. Lo hemos dejado para otro día, mientras me masajeo el cuero cabelludo -que está un poco más calentito que el resto de mi cabeza-.

martes, 4 de septiembre de 2012

TROZOS DE PASADO AJENO (II)

POR UN PUÑADO DE PESETAS
- Buenas Poli.
- ¡Hola bonita! - La mujer, sonriendo añade- ¿Vienes a por mi?
- Pues claro ¿A por quién sino? - con gestos exagerados de búsqueda, añado - Por aquí no veo a nadie más.
- ¡Pero qué maja eres! - Recogiendo rápidamente los objetos que tiene sobre la falda continúa- espera que guardo ésto.
- ¡Cuidado! Que se te caen los ahorros- Le aviso, mientras recojo una moneda 20 céntimos- ¿Dejando propina para las de la limpieza? ¡Qué maja!
- ¡Ay, no hija! Que apenas me queda para un zumo en la cafetería - Y tras pensar unos segundos continúa - Claro que si la mujer lo necesitara...

Bajamos a la sala, para su terapia diaria. Poli habla mucho, quizá para sentirse viva, quizá para sobrevivir en las mentes de los demás. Aunque lo más seguro es que lo hace para que se me olvide algún ejercicio o alguna serie de repeticiones.

- Sabes una cosa.
- Se alguna - y guiñando un ojo, añado- pero no creo que hables justamente de esas.
- A mi si que me dejaban pesetas.
- Anda mira, ¿El ratoncito Pérez?
- No, mi señora - tomó aire y empezó a relatar -. Yo he criado a mis hijos sirviendo. En mi época era lo que había para las que no teníamos estudios. 
- Pero conseguiste hacerlo. Eso está muy bien.
- He trabajado mucho - paró unos segundos, quizá para reordenar recuerdos-. Pero no hemos pasado hambre.
- Eso es importante.
- La verdad es que mi señora era muy desconfiada, pero yo más lista -añadió sonriendo-. Ella quería saber si las criadas eran de fiar. Y se le ocurrió la idea de tirar monedas por los rincones. O dejaba una peseta debajo del balde de lavar la ropa.
- Anda, queeee, menudas ideas.
- Si - me guiñó un ojo-, pero yo lo sabía. Había chicas que se encontraban una peseta y se la guardaban. La señora esperaba la jornada a ver qué hacían. Si no se la daban, ese mismo día las despedía.
Mientras yo seguía movilizando su pierna, Poli había retrocedido en el tiempo y ya no veía la sala, sino aquella casa donde sirvió media vida.
- Lo que yo hacía era recogerlas y al final de la jornada le decía "Señora, debe revisar sus ropas. Me he encontrado estas pesetas por la casa. Y puede que pierda muchas cosas si no arreglamos ésto". Y la mujer tan feliz, decía que en mi si se podía confiar. Y mira que, si por ella fuera, nos moriríamos de hambre con su paga.
- ¿No podías cambiar de casa? - Por dar una idea, que apenas si puedo imaginar la vida cuando Poli era joven-.
- Quita, quita mujer - hizo un gesto, como si espantara esa posibilidad-. La señora, como de mi si podía fiarse, me dio las llaves de la despensa - Con mirada pícara  confesó - ¿Quién quería unas pesetas, si podía llevarse unos buenos lomos de la despensa?.
- ¡Pero mira que has sido pilla! 
- Tenía que mantener a mi familia y ella nunca entraba en la despensa. Tenía tanta comida que no podía llevar la cuenta. Y con un lomo, un queso o algo así, mi familia iba bien servida.
- La vida es dura.
- Si, más en aquella época - terminó diciendo- pero yo supe apañármelas. Mejor un jamón que una peseta.

Y tanto que si.

lunes, 27 de agosto de 2012

COSAS QUE NO DEBES PREGUNTAR A UNA NIÑA DE CUATRO AÑOS


Tras una jornada bastante intensa, la auxiliar de mi departamento y servidora, es decir, el equipo al completo -pero esa es otra historia-, nos dispusimos a tomarnos un respiro.


Es uno de esos momentos en los que actualizas la información sobre la familia y vida de la otra. Y ayer, su hija de cuatro años, dejó a cuadros a su marido.

Mientras veían una película, una pareja se besó. La niña soltó "¡Ahhhggg, qué asco! Mira que besarse".
- ¿Y eso, Diana? Cuando tengas novio ¿No te darás besitos con él?
La niña, mirándole muy seria, respondió:
- Papá, ¿Realmente crees que esa es una pregunta para hacer a una niña de cuatro años? - Y añadió - Todavía soy muy pequeña para pensar en esas cosas.

Ala, vuelve a por otra.

miércoles, 11 de julio de 2012

TROZOS DE PASADO AJENO (I)

Hace unos días, María pasó por el departamento. Con su andador, su caminar lento pero firme. No está incluida en grupo alguno de trabajo, pero sus visitas son siempre bien recibidas. Es una mujer agradable, cariñosa y educada. Nunca habla mal de nadie, nunca levanta la voz y sonríe con facilidad. 

Ese día, María cumplió 103 años. Que se dicen pronto. La felicité, abracé y besé. Sonrió y empezó a contarme.

"Hace muchos años, cuando yo era muy jovencita me hablaba con un muchacho. No llegamos nunca ser novios, ni nada. Pero nos conocíamos de siempre. 

Eramos vecinos en el pueblo y pasábamos mucho tiempo juntos. Un día me pidió salir y yo le dije que no.

- ¿Por qué no María?¿Me rechazas? - me preguntó.
- No, no te rechazo a ti -respondí- rechazo nuestras diferencias, nuestro distinto estatus - el era hijo de un comerciante, no era rico pero si con dinero y mi familia servía-.
- Pero María, mi padre no es rico. Tiene una tienda, grande si, pero somos siete hermanos. Somos muchos a repartir.

El caso es que no salimos, pero seguimos en contacto. 

Un día vimos que había un concurso de baile en el Casino del pueblo. Me invitó a ir. Pero yo le dije que no. Uy, yo no iba a ningún sitio sin que mi padre me autorizara ¡Menudo era mi padre!

- ¿Puede bailar conmigo María? - Le preguntó a mi padre.
- Por lo que la veo por casa - Respondió mi padre-, bailar baila y le gusta. Lo que no se es si te pisará. Por mi, podéis ir.

Fuimos al baile. Y ganamos. Para darnos el premio había que subir al escenario. Yo no quería:

- ¡Ay! Francisco, que me tiemblan las piernas. No me hagas subir.
- No seas tonta, yo te sostengo.

Y subimos a por el premio. Pero nunca salimos como novios.

Yo sabía que tenía una novia en el pueblo de al lado. Pero me decía que me quería a mi. El era veterinario y yo servía.

Un tiempo después, fui con mi padre al pueblo. Había que recoger unas cosas. Sólo íbamos para unas horas. Él vio que había baile en el casino y me animo a ir un rato.

Cuando llegué, nada más llegar, le vi al fondo de la sala. Y él a mi. Se vino a mi lado y me dijo:

- María, tú y yo tenemos que hablar. Pero muy en serio.
- Francisco ahora no puedo. Hemos venido para unas horas y nos volvemos a Madrid. Ahora no puede ser.
- Bueno, pues cuando vuelvas. Pero yo quiero hablar muy en serio contigo. Y no lo quiero dejar más.
- Vale. Pues la próxima vez que venga, quedamos y hablamos.

Así quedó la cosa.

Nunca más le vi. Le mandaron a la guerra. Le hicieron cavar su propia tumba y le pegaron un tiro."

¿Crees que sufrió?

- No, María. Eso fue una ejecución. Seguro que le pegaron un tiro en la cabeza y no se enteró ¿Cuántos años tenías?
- ¿Cuándo? 
- Pues el año del baile que ganaste y el último día que le viste.
- El baile... unos quince. El último día... veinticuatro.
- Hace mucho tiempo.
- Si."

miércoles, 27 de junio de 2012

¡TACHANNN! Y AQUÍ EL GIMNASIO.

Ya me he acostumbrado a que una compañera, cuando hace los preingresos en la residencia, asome a cabeza por el departamento. Lo que no significa que me dirija la palabra. Con unos cuantos desconocidos con cara de situación y ansiedad detrás de ella.
Y le oigo como presenta "Y este es el gimnasio, donde vendrá a hacer la fisioterapia". Y se queda más ancha que larga. El personal asoma la cabeza, mira sin saber muy bien qué hacer y se van todos a otra parada de la visita turística.
No hago caso ya de la mala educación. No sólo no saludarme, ni presentarme, o directamente hacerme el vacío. Tampoco da un toquecito a la puerta. Ni se cuida de lo que pueda estar pasando de puertas para dentro.

Lo que me fastidia es la expectativa que crea. Me consta que ha llegado a decir que vendrían diariamente a ser tratados por mi. Está claro que la gente pregunta por la fisioterapia que hay en el centro, si es que hay. A las familias les preocupa. Ya bien sea por complejo de culpa por "abandonar" a su familiar en una residencia, bien sea porque lo consideran vital, bien sea porque cuanto más haya mejor.

Me fastidia porque sólo hay una fisioterapeuta. Porque tengo una técnico media jornada al día. Si falta, aquí nadie aparece para echar una mano, ni está programado por los superiores, faltaría más. Porque todos los usuarios de la residencia se beneficiarían de un programa personalizado que no abarco.

Me fastidia porque la administración queda estupendamente, ofertando una residencia con fisioterapia -se les llena la boca-. Incluso pasan por los departamentos para hacerse la foto y aparecemos en las revistas.

Me fastidia porque lo que puedo conseguir, se ve mermado en gran medida por esa limitación de personal. 

Me fastidia porque somos estupendos y maravillosos, y conseguimos que la gente vuelva a caminar, que coman, que se rasquen, que se levanten de la silla, que se mantengan derechos en la silla de ruedas, etc. Pero no tan maravillosos como para que se intente mejorar el departamento -me refiero a algo más que no sea decirme "tenemos que estar a la altura de los nuevos retos" Porque ya lo estoy intentando desde que entré y me responsabilicé.

Me fastidia porque cuando no doy a basto y un residente o un familiar se quejan con/sin razón, la solución es una orden de dirección diciendo que he de tratar a no-se-quién o aplicar no-se-qué cosa. Sin pedir opinión, sin preguntar, y casi sin hablar.

Me fastidia y me aguanto. Lo que no se es hasta cuando... Si hasta jubilarme, hasta que me echen, o hasta mañana mismo (si me toca una primitiva de las buenas).


lunes, 25 de junio de 2012

OPOSITA QUE ALGO QUEDA

Ahora que todo va "como va", los denostados puestos de funcionario o personal del estado/comunidad/ayuntamiento en general, se miran con golosería.

Cuando todos ganaban un montón y les subían el sueldo unos porcentajes más que decentes, miraban al personal de la administración con pena, con cierta condescendencia. Los pringadetes.

Ahora la cosa ha cambiado y todos somos culpables de los males de España. Que no digo yo que no tengamos nuestra parte. Pero lo nuestro siempre ha sido sota-caballo-rey. 

Bueno, no importa. El caso es que ahora salen convocatorias de oposiciones. Pocas y con años de retraso. Y hay que pillar una plaza. Como sea. Y nos acercamos a una academia a por los temarios y es donde me surgen los dilemas. Y, desde la barrera, me surgen preguntas.

Porque las convocatorias/temarios, tienen años desde que salieron. Y, claro, la ciencia avanza que es una barbaridad. Mi pregunta es ¿los temarios avanzan con los tiempos? ¿Si te los preparas por libre y con los tiempos, no estarás malpreparándote?

Además, los miembros del tribunal ¿De dónde sacan las preguntas?¿De su conocimiento?¿De currarse las preguntas en bases de datos, libros, artículos? Si no me equivoco, ni tienen por qué tener la misma titulación que las plazas  que salen a oposición.

He revisado el temario de una oposición y, no es que yo sea una experta en temarios (oposité hace veinte años), pero veo que son un poco liosos. ¿De dónde se extrae el listado? Porque hablar de fisioterapia en traumatología por un lado y, por otro, de fisioterapia en patologías osteoarticulares. Son temas que se solapan ¿no? Digo yo que se podían decantar por campos médicos o por estructuras corporales, pero no por las dos.

Y si el listado de temas es así ¿Cómo será el desarrollo?
Preguntas, preguntas y con múltiples respuestas -todas ciertas o todas falsas-.



jueves, 14 de junio de 2012

UNA DE PARAFINA POR LA GRACIA DE DIOS.

Hace una semana escasa, se plantó  mi jefe en el departamento. Extraño, no suele pisarlo mucho. Así que, si lo pisa "nada bueno". El caso es que me espeta:

- ¿Hay que comprar parafina?
- No - Respondo sorprendida.
- Pues hay que empezar a darsela a Zutanita.
- ¿EH?
- Si, que ha ido al director a quejarse y éste me ha dicho a mi que te diga que se lo des.
Encogiéndome de hombros respondí - Ah, vale. Sin problema.

Con las mismas, dio media vuelta y desapareció por la puerta, tan rápido como entró.

Así es la nueva forma de pautar los tratamientos en mi centro. ¿Quién necesita protocolos, equipos, profesionales, o médicos? Basta con un director (Si, es enfermero, pero dudo mucho que ejerciera durante mucho tiempo. Y eso pasó hace lustros), para responder eficazmente a las necesidades del usuario.

¿Acaso me llamó para preguntar por la situación? NO.
¿Me llamó/escribió/hizo señales de humo para informarme de la queja de la residente? NO.
¿Conoce el historial médico de la usuaria?¿Sabe si se le aplicó el tratamiento con anterioridad y dio o no resultado beneficioso?¿Sabe si no se le pone por algún "oscuro" problema de la fisioterapeuta? NO, NO y NO.

Tranquilos, hemos iniciado un bloque de 15 sesiones de baños de parafina. No lo tiene contraindicado y las veces anteriores le sentó bien (pan para hoy...). Pero mi "oscura" intención de conseguir que hiciera algo más, que pudiera beneficiarla, algún programa que llevaba entre manos para activarla, se han ido al garete. 

¡Vivaaaaaaaaaaaaaa!

jueves, 17 de mayo de 2012

SON COMO NIÑOS... PERO NO LO SON


Un comentario frecuente, cuando hablas de los mayores, sobretodo si hay una dependencia ya, es "es que son como niños". 

Y es verdad, muchos comportamientos nos recuerdan la conducta de niños pequeños. Accesos de ira, celos, necesidad perentoria de ser el centro de la familia, de la planta, de la residencia. Fijaciones, obsesiones, incontinencia, sueño a destiempo, etc.


Y si, puede decirse que son "como..." pero NO lo son.
No olvidemos nunca, que no lo son. Aunque pueda parecer que los extremos se tocan.

A fin de cuentas, nuestros mayores, padres, tíos, vecinos, pacientes, han pasado por muchas cosas. Incluimos hambre, guerra, trabajo, familia, hijos, injusticias, suerte, amor, desamor, tristeza, enfermedades, momentos de intensa felicidad, vacío, alegría, etc. Y que existan comportamientos similares, no nos autoriza a tratarles igual. Es cuestión de respeto. De respeto a su persona, a su historia, a su vida.

Puede que ya no nos interese su experiencia, puede que ni puedan contarla. Pero la tienen.
Otra cosa es que nos caigan bien, mal, estén demenciados, tengan un carácter estupendo o sean odiosos. Eso caracteriza a la persona. No la equipara con la infancia.

Así que la próxima vez que infantilicemos a un mayor, respetemos su historia.

martes, 24 de abril de 2012

DE FISIOTERAPEUTA A ESCRITORA


Algunos incautos podrían creer que, al ser fisioterapeuta, opté en su momento por ciencias. Puede que piensen que las letras se me dan mal. Que no me gustan o que me sale sarpullido con sólo pensar en alinear frases y más frases.


En mi caso nada más alejado de la realidad. Me gusta escribir y me gusta mi profesión. Algo que no es raro en la medicina en general. Hay muchos profesionales con blogs (profesionales o no), incluso escritores de prestigio, que proceden del ámbito de la medicina o que lo compaginan como pueden.

Lo que ya no me gusta tanto es la cantidad ingente de documentación que, dentro del ejercicio de mi profesión, debo generar o cumplimentar. Pero hay que hacerlo. Un parte importante del trabajo es dejar constancia del mismo, las evaluaciones, los programas, las indicaciones, los evolutivos, los informes de alta o de derivación, etc. Es de obligado cumplimiento. Y estoy de acuerdo. Hay que dejar constancia de ello. 


Creo que el trabajo de fisioterapeuta -exportable o otras profesiones- consta de cuatro apartados:


  • Tratamiento.
  • Administración y gestión.
  • Formación y docencia.
  • Investigación.

Se da por sentado el primer apartado ¡Hombre, por favor! Un fisioterapeuta que no trata es como un campo sin flores... Pues no. No sólo de atención directa vive el fisioterapeuta. Pero si que es verdad que es el apartado que mayor porcentaje se lleva. Y que siga así, pues todavía no hemos cubierto todos los campos que se pueden beneficiar de nuestro trabajo. Ni, en los que ya estamos, hemos desarrollado todo nuestro potencial.

El apartado de Administración y gestión, inicialmente se refiere a la parte de "papeleo" de nuestro trabajo. Es imprescindible recoger nuestra actividad, documentarla y presentarla. Como siempre digo, lo que no consta no existe. Es necesario historiar, evaluar, informar de nuestro trabajo. Porque "es" nuestro trabajo, también escribir. 
 Debemos ocupar también áreas de gestión, coordinación y dirección. La visión del fisioterapeuta no es que sea leche, pero si es una más. Y su voz tiene que ser escuchada. Después que nos den o no la razón, que se sumen o que pasen. Pero hay que estar ahí.

La formación no tiene que explicarse. No hablo de nuevísimas y revolucionarias técnicas. Que también. hablo de perfeccionarnos, de repasar, de aprender, de madurar en nuestra formación. Y la docencia, aunque no sea muy apreciada, ni todos nos consideremos capacitados para iluminar a otras personas, para guiar, para ayudar, no debe ser descuidada. No hablo sólo de docencia dentro del grado de fisioterapia. También es docencia la formación de otros profesionales. Aportar a un tema, nuestro conocimiento.

Y el tema pendiente de nuestro desarrollo profesional, la investigación. Debemos generar una bases de investigación sólida, que apoyen nuestra evolución. Que respalden técnicas, o demuestren que ya son materia superada. Crear una evidencia científica que de poso a nuestra profesión. Que pueda ser utilizada para demostrar nuestra eficacia, nuestra eficiencia. 

De todo ésto, se desprende que el boli o el teclado es nuestro amigo. Debemos perder el miedo. Debemos asumir que es parte de nuestro trabajo, no sólo una penosa parte que con desgana debemos realizar. 

miércoles, 18 de abril de 2012

A VUELTAS CON EL GRUPO

Esta Semana Santa, me desplacé unos días a Londres. Aprovechando la coyuntura, nos juntamos nueve de familia. Todo un micromundo donde evaluar comportamientos grupales. Muy interesante... Si no fuera porque casi termino a leches con alguna facción familiar.

Como todo grupo, tiene unos cuantos roles definidos. Siempre surgen. Da igual si es la familia, el trabajo, la panda o una excursión programada. Existen patrones o figuras de obligada aparición. Otros pueden aparecer o no. En esas profundidades mejor que se mojen psicólogos y demás profesionales que entienden mucho más que yo.

Pero si que pude ver modelos extrapolables a los grupos de trabajo de nuestros centros. El líder, el saboteador, la masa silenciosa, el segundo de abordo... Figuras que no se si nombro correctamente. Pero que existen.

Nosotros teníamos un líder que organizaba, que preguntaba qué queríamos ver, que planificaba transportes, etc. Después estaba cierto familiar que iba a su bola y que ponía muchos peros a lo que no le cuadraba. Que no aceptaba las decisiones, que minaba por detrás los planes, etc.

Y la masa silenciosa que respondía, que iba donde le decían, que no opinaba ni para un lado, ni para otro.
Seguro que, los que trabajáis en grupos, podéis identificar esas figuras y más con facilidad. Y lo malo es que algunas de ellas, bien han podido reventar el grupo y evitar que llegue a cumplir sus objetivos.

Necesitamos aprender a trabajar en grupo, a unir esfuerzos, ganar y ceder. Porque realmente no es cuestión de llevar la razón, de "ganar". Es cuestión de conseguir realizar el mejor de los trabajos para beneficio de nuestros usuarios. Y eso es lo que suele olvidarse, en pos de nuestro orgullito personal. El "Ya te lo dije" que se nos escapa con silencioso deleite cuando el otro se equivoca.

¿Cómo funcionan vuestros grupos? Bueno, primero habría que saber si en vuestro trabajo hay "grupo". Servidora no puede hablar muy bien de su experiencia... Puede que yo sea la contralider o la obstruccionista. Porque no tengo buena experiencia. ¿Nos enseñan a trabajar en grupo?


lunes, 5 de marzo de 2012

LA GOTA QUE COLMA LA LUMBALGIA

No es nada raro que lleguen a las consultas pacientes con lumbalgias de "mágica" aparición. Estaba bien y "chin pun" estoy doblado. Misterios de nuestros cuerpos.

Es conocido el dolor de espalda en general, por la cantidad de padres putativos que puede tener. Como la típica frase "entre todas la mataron y ella sola se murió". Muchos son los posibles causantes del dolor, pero ni son del todo conocidos, ni se les hace mucho caso. El caso es que duele.

Pero hay que hacer una buena evaluación. Un ejemplo: mi último paciente me llega más doblado que la esquina de mi calle. Y "chica, con lo bien que estaba". No había hecho nada. 

Ese día estaba estupendo, no había hecho nada fuera de lo común. Bajó al coche, a por una cosa. Se agachó al suelo y ya no pudo incorporarse. Volvió caminando los cien metros que le alejaban de su casa, semidoblado, apoyándose con las manos en las piernas. Y muerto de dolor.

Del "Pero si estaba estupendo y no hice nada" no le sacaba. 

Poco a poco, me contó que había venido el día de antes de Cádiz. Apuntamos mentalmente unos cientos de km sin apenas parar "porque los coches modernos son comodísimos y no necesitan repostar". E investigando un poco más, un día antes de venir había estado plantando nosecuantos árboles en la finca. Cosas de jubilados con tiempo, que la finca entretiene.

Así ya vamos entendiendo cosas. Tenemos una lumbalgia tras estar un par de  días doblado en la finca, y un viaje de varias horas en coche. 

Realmente, el agacharse a por un papel no es más que el toque final. Pero los doloridos pacientes no parecen tener memoria. Sólo se agachan a por un papel. Si no hacemos una buena anamnesis nos quedaremos en lumbalgias de origen indeterminado, o por la edad, o por una teórica mala postura, etc. Y eso no vale.

Un buen tratamiento empieza por un buen estudio y así las técnicas a aplicar serán las más acertadas.

miércoles, 15 de febrero de 2012

MIRADAS AJENAS


Algunas veces, en nuestro trabajo, recibimos la visita -más o menos duradera- de alumnos de diversos cursos o entidades. Por allí pasan chavales de varios colegios de la zona, alumnos de cursos de ayuda a domicilio, tuvimos alumnos de fisioterapia, enfermería y trabajo social.


Una de las visitas más breves es la de un licenciado en INEF, que está haciendo un master en trabajo social. Y ha pedido visitar todos los departamentos de la residencia, para poder conocer qué hacemos, cómo lo hacemos y con quién.

La inercia de los años y la experiencia, nos hace desconfiar de "observadores". Sentimos que nos espían, nos evalúan, nos critican, etc. Pero todo depende, en gran medida, en cómo veamos nosotros al observador.

Así que esta vez decidí coger el toro por los cuernos. Antes de que rotara por mi departamento, le propuse que preparara una actividad con usuarios de sillas de ruedas, con control de tronco y movilidad de los dos brazos - o uno solo-, sin gran deterioro cognitivo. 

Muy dispuesto, teniendo en cuenta que quiere centrar su trabajo sobre el envejecimiento activo, se preparó un programa. Pero mis abuelos son muy dados a ser de su padre y de su madre. Y cada uno trabajó de manera distinta. O directamente le mandó a freír gárgaras. 

Yo he recordado cosas que había dejado de trabajar con ellos y me ha dado un par de ideas. Él ha aprendido que no todos los abuelos son como los que llenan los viajes del INSERSO. Que el envejecimiento activo hay que adaptarlo a cada individuo. Y que se puede ser muy de "envejecimiento activo" y trabajar con mayores muy dependientes.

Al final, nos quedamos charlando y pusimos un montón de ideas en común. Es bueno hablar con gente que no hace lo mismo que tú, enriquece tu trabajo y tu vida.

Ambos nos llevamos que no hay que tener ideas precondebidas. Porque casi siempre son equivocadas.

lunes, 6 de febrero de 2012

PONER CRIADA O ENTRAR A SERVIR


Este fin de semana estuve de congreso. Casi todos los que pasan por aquí, también han sufrido el congreso por tuits. Que andaba yo con el dedo inquieto sobre el teclado.


Mucha información, muchos frentes se han abierto. Ahora toca digerirlo, absorberlo e integrarlo en la práctica profesional diaria.

Porque hoy, con tanta tormenta de nuevas ideas, no se si sólo saludar y abrazar a mis pacientes. Hacer el tratamiento como lo hacía el jueves, o pasar encuestas sobre si catastrofizan las cosas o adivino, según otra clasificación, la posibilidad de mejora con el tratamiento o no. Tampoco se si llamar a la unidad del dolor más próxima para que coloque mis TENS (¡los electrodos que tengo no son como los de la foto y no se qué hacer!).

También puedo cerrar el departamento y ponerme como una loca a revisar las historias médicas y ver cómo tienen el tálamo y si sus neuronas son aferentes, eferentes, o no tienen resolvinas suficientes. Puede que me retire a un despacho remoto, a meditar si soy bayesiana o todo lo contrario.

Pero lo que está claro es que el congreso ha revuelto muchas cosas en mi cabeza. Que me ha puesto las pilas y ha despertado ganas de investigar, leer, replantear, modificar, convencer, intentar... En una palabra AVANZAR.

martes, 31 de enero de 2012

ME LO DIJO MI VECINA.


Así están las cosas, tú te peleas por adaptar andadores, bastones, sillas de ruedas, ayudas técnicas para la marcha en general. A ti acuden, como si fueras Cáritas, pidiendo que les des una silla, que si ese andador no les gusta, que si no tendría por ahí otro más nuevo, más mono, más guay.


Pero, cuando les dices que no tienes una ortopedia, sino que eres la fisioterapeuta y que manejas un limitado y viejo "parque móvil" se enfadan. Y, lo que es peor, aparecen con un artilugio que tú no has visto, ni adaptado, ni comentado, ni nada de nada.

Después que si las rueda pincha, que si es estrecha, que si te la cambio por una tuya, que si la abuela fuma...

Es como si creyeran que se las iba a quitar,  o que no les voy a dar el visto bueno, o que voy a intentar colar un modelo más caro, o de un "amiguete" del que me llevo comisión. ¡Lo que hay que oir y ver!

Pues ojo, porque si te está estrecha, es mala, pesada, antigua, o lo que sea "Yo no tengo la culpa". Los mismos que te la vendieron son los que tienen que responder. Haberme preguntado antes.


jueves, 12 de enero de 2012

INVESTIGAR A GOLPE DE ONG


Hoy es noticia la acción de una madre, madre que quiere que se continúe la investigación sobre la diabetes -a la sazón, enfermedad que padece su hija-. Y es noticia porque la mujer poco a poco, céntimo a céntimo, puerta a puerta, ha conseguido reunir la nómina de una investigadora. 


Afortunadamente para ella, la investigadora en cuestión cobra una miseria por investigar. Y eso ha permitido reunir ya tres mensualidades. Porque la investigación en España está de saldo.

Después nos sorprendemos de la huida de cerebros -de los buenos cerebros, no de los "a estrenar". La investigación es un saldo, que se cubre con los flecos de los presupuestos.

Los señores ministros, diputados, senadores, concejales, presidentes varios, alcaldes, etc. Se resisten a perder privilegios porque "no son significativos". Total, una dietilla por aquí, una habitación de hotel-de-lujazo por allá, un cochecillo oficial -o dos- por allí, no son nada con los chorrocientos miles de millones de euros que hay que recortar por donde sea.

Y mira, esta mujer no necesitó que le donaran esas "minucias". Con minucias más minucias está apoyando la investigación en España.

Yo, a partir de ahora, voy a meter una cajita esos céntimos de las vueltas, para poder "adoptar" un investigador, O para cualquier otro "fleco" de esos que no tienen importancia en los megapresupuestos de recortes.

Está visto, que el movimiento ciudadano puede mucho más de lo que él mismo cree.