sábado, 9 de abril de 2011

¡NO ME DA LA GANA!

Algunas veces, los sanitarios perdemos la perspectiva. Vamos a lo concreto, a lo que nos afecta. Al tema. Ese que conocemos, sabemos, tratamos, no se nos escapa ni un detalle. Puede que hasta seamos los más listos en nuestro campo.
No es raro escuchar una conversación y hablar de que tenemos una prótesis de cadera, un linfedema, un Alzheimer, un par de cataratas a operar. Y lo comparto, acortamos frases, vamos rápido. Se da por sentado que todo eso está en una persona, en un enfermo, usuario, cliente, residente o como queramos llamarlo.
Algunas veces, los ajenos al mundillo, nos lo recriminan. Que si es una forma de despersonalizar, que si sólo vemos huesos, cerebros, tripas o músculos. Y, algunas veces tienen razón.
Y esa visión llega a afectar a nuestras decisiones, a nuestros comentarios. Incluso puede afectar al trabajo de otro colega, de otro sanitario.
"¡No me da la gana!" Eso es lo que me suelta muchos días un abuelo de mi residencia  -me cuesta llamarlo residente o usuario, los veo todos los días, varias veces y durante años-. Este abuelo en cuestión, pongamos Tomás, ha sido diagnosticado de demencia senil. Un estadío avanzado. Pero, además, presenta secuelas motoras de otras patologías, que han provocado un deterioro físico importante. La mezcla hace que me esté costando una barbaridad conseguir una marcha independiente. Y conseguir que su mujer vaya asumiendo las limitaciones que la enfermedad va poniendo en el camino de su esposo. Principalmente para que no se me maten por algún pasillo y para que le preste la mejor ayuda que le pueda dar.
Y, una doctora, en una revisión de sus resonancias, le dice que no sabe por qué no anda porque "allí se ve que todo está estable y tiene las piernas fuertes". Lo dice la que no consiguió que se pusiera de pie. Y no se le ocurre otra cosa que es porque no hace suficiente fisioterapia.
Me dolió. Si. Me esfuerzo cada día. Lo hago lo mejor que se. Y ella sólo vio las pruebas radiodiagnósticas. ¿Dónde se ven los trastornos de conducta?¿Dónde se ven sus jornadas de ansiedad, de cabreo, de aislamiento? 
Sólo tenía que dar un paso hacia atrás. Ver a Tomás en su totalidad. Recordar la totalidad de las posibles caras que muestra una demencia senil. Ahora, para su mujer, que se aferra a un clavo ardiendo, el problema es que yo no soy eficaz. Si yo me esforzará más, cuando se cabrea, me levanta la mano y me dice "¡No me da la gana!", el estaría correteando por la residencia de su brazo.
Seamos equipo y demos un pasito atrás, veamos el conjunto. Sólo así, todos nuestros amplios conocimientos podrán ser tan efectivos como puedan ser.

1 comentario:

  1. Soy fisio y también trabajo con personas mayores. Me encanta cuando un abuelo vuelve de revisión en traumatología después de una fractura de cadera operada donde se le ha colocado prótesis y las indicaciones son "que está bien, que tiene que andar, que para la próxima cita el médico quiere que ande".

    ¡Gracias! Jamás se nos habría ocurrido a los que trabajamos con esta persona día a día que ahí estaba el secreto. No tengamos en cuenta la historia de desequilibrios y caídas previas, miedo a futuras caídas, el test de Romberg positivo, la hipotrifia en miembros inferiores, las grandes deficiencias visuales y auditivas, la situación de pluripatología, presencia de deterioro cognitivo... ¡No! El secreto estaba en hacer que andara ¡y ya está!.

    Admiro a los cirujanos que operan en unas horas para hacer que personas con una lesión tan grave puedan volver a apoyar y dar unos pasos a los pocos días, pero lo que no entiendo es esa negación de la condición de la persona mayor y cómo esa lesión y posterior operación ha afectado a su ser.

    Tratemos a la persona, no a la cadera. Tal vez entonces podamos entender por qué tal abuelito no puede caminar, a pesar de tener unas radiografías perfectas para ello.

    Un saludo.

    Miguel
    tufisio.net

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