jueves, 17 de mayo de 2012

SON COMO NIÑOS... PERO NO LO SON


Un comentario frecuente, cuando hablas de los mayores, sobretodo si hay una dependencia ya, es "es que son como niños". 

Y es verdad, muchos comportamientos nos recuerdan la conducta de niños pequeños. Accesos de ira, celos, necesidad perentoria de ser el centro de la familia, de la planta, de la residencia. Fijaciones, obsesiones, incontinencia, sueño a destiempo, etc.


Y si, puede decirse que son "como..." pero NO lo son.
No olvidemos nunca, que no lo son. Aunque pueda parecer que los extremos se tocan.

A fin de cuentas, nuestros mayores, padres, tíos, vecinos, pacientes, han pasado por muchas cosas. Incluimos hambre, guerra, trabajo, familia, hijos, injusticias, suerte, amor, desamor, tristeza, enfermedades, momentos de intensa felicidad, vacío, alegría, etc. Y que existan comportamientos similares, no nos autoriza a tratarles igual. Es cuestión de respeto. De respeto a su persona, a su historia, a su vida.

Puede que ya no nos interese su experiencia, puede que ni puedan contarla. Pero la tienen.
Otra cosa es que nos caigan bien, mal, estén demenciados, tengan un carácter estupendo o sean odiosos. Eso caracteriza a la persona. No la equipara con la infancia.

Así que la próxima vez que infantilicemos a un mayor, respetemos su historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Venga, inspírate y comparte unas palabras.