LA LOCA DEL MUELLE DE SAN BLAS

- En los pueblos, se tenían muy en cuenta esas cosas. Incluso se hacía imposible encontrar novio en tu pueblo y tenías que irte al de al lado.
- Duro si que debía ser - respondí, mientras empezaba otra tanda de ejercicios de piernas con el marido-.
- En mi pueblo vivió una que se volvió loca. Pero por casarla.
Paré un segundo el ejercicio - ¿Loca por?
- Uy, mujer por esas cosas de los ricos y los pobres. Que la casaron, siendo una muchacha joven y bonita, con un viejarro de los que tenían "herencia". Ella tendría veinticuatro o veinticinco años y él andaría por los sesenta.
- Y ¿Qué pasó?
- Pues la noche de bodas se escapó. Y se escondió en unas cuevas para el vino. De esas que hay en los pueblos.
- Y ¿No volvió?
- La encontraron tres días más tarde - con cara de pesar añadió- loca perdida. Guapa era mucho, pero loca loca.
- ¿Se la llevó el marido? - Me moría de curiosidad por saber el final de la historia. Aunque si era "La loca del pueblo", intuía el final.
- ¡UY, no hija! Se la llevó la hermana -cuñada de un primo de mi madre-. Seguro que el viejo les daba dinero para cuidarla. Porque las hacía buenas.
- ¿Se escapaba?
- La tenían encerrada en una habitación en el primer piso. Mi primo y yo, cuando éramos pequeños, decíamos "vamos a ver si sale la loca". Porque a veces salía al balcón desnuda. Poco importaba si era verano o invierno. Y si pillaba unas tijeras, podía hacer tiras las mantas que le daban para taparse, o la ropa. Así que, para mantenerla, algo les pasaría.
- Pero, ¿hace mucho de eso?
- Uy si. Cuando yo iba con mi primo, tendríamos doce o trece años y ella ya tendría sesenta y tantos. Y ya tengo ochenta y uno. Con lo guapa que era y mira cómo terminó por casarla con el viejo rico del pueblo. El dinero es lo que tiene.
- Menos mal que no soy de tu pueblo.
- Bueno mujer. Yo me casé con éste. Y ya hace años que le aguanto.
- Mujer que no es una condena -Manolo ya no nos hacía caso y miraba de reojo la tele-.
- No se, no se. La mujer, algunas veces no estaba tan mal y bajaba a la cocina a comer con todos. Si esos días me veía todavía parecía recordar algo y me decía "Tu padre es marino". Y algo se parecía, porque tenía una tienda de ultramarinos. Así que muy desencaminada no iba.
Disculpe este comentario es para realizarle una pregunta, ¿en donde usted encontró la siguiente frase: "En las formas que dibuja la arena, siempre está el recuerdo del mar perdido."? Por favor, espero su respuesta y gracias por su atención.
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