Algunas veces, nos quedamos con determinadas cosas dentro, no hablamos y ¿Os habéis preguntado dónde van las palabras no dichas? No preguntamos, no contradecimos, no paramos los pies, no protestamos, no vemos solución ni salida. No lo vemos, no podemos o no queremos.
Algunas veces, no damos "pista" a sentimientos, temores, ideas, que nos asustan, que nos agarrotan. Problemas con la familia, con los amigos, con el trabajo. Pérdidas de mayor o menor intensidad. Existen miedos reales o imaginarios, a perder el trabajo, a equivocarnos, a perder a los que amamos. Miedo a fantasmas del pasado.
¿Dónde van todas las palabras que componen este diálogo, realmente este monólogo? No hablo de los locos de atar, ni de terminar oyendo vocecitas. Hablo de todos nosotros en un momento dado. O en distintos momentos de nuestra vida.
Pues muchas de esas palabras atragantadas llegan a las consultas médicas, de enfermería o de fisioterapia. Vienen envueltas en problemas de espalda, dolores de estómago, trastornos del sueño o del intestino, malas digestiones, etc.
Y nosotros podemos tratar el síntoma. Podemos descontracturar la espalda y devolver la movilidad al cuello. Con mis manos puedo solucionar problemas digestivos y regularizar el movimiento y la tensión de las válvulas. Puedo relajarte y hacer que ceda esa presión en la cabeza.
Puedo hacer muchas cosas.
Pero muchas veces hice más escuchando. Tu silencio o tu huracán de palabras. No soy tu psicóloga, ni lo intento, ni lo buscas. Pero algunas veces solucionamos más dando la opción de verbalizar muchas cosas. Dejando que se expulsen palabras como demonios.
Alguna vez he secado lágrimas, he leído palabras en el aire de la consulta. No te puedo dar armas para afrontar esas cosas, pero te he ayudado con mis manos y con mi escucha.
Preciosa entrada, refleja esa función de la escucha terapéutica a la perfección, muy al hilo con la entrada sobre el dolor de espalda y las emociones que hice yo ayer en mi blog. Veo que todos los fisios tenemos inquietudes muy parecidas. Un abrazo.
ResponderEliminarUf, anda tan liada que ni tiempo me ha dado para actualizar lectura del reader. No puedo perdérmelo.
ResponderEliminarEs verdad que es una parte importante de nuestro trabajo. No debemos hacerle de menos y centrarnos sólo en terapia pura y dura. Nuestro tratamiento seria incompleto.
preciosa reflexión
ResponderEliminarAlgo que me sucede con frecuencia. Que nos sucede con frecuencia.
ResponderEliminarMe gusta que pasaras por aquí