lunes, 18 de febrero de 2013

PIENSA LO QUE DICES Y CÓMO LO DICES

Algunas veces... Bueno, mejor dicho, siempre debemos meditar las palabras que empleamos para comunicarnos. Cómo intentamos transmitir un mensaje. Y más si es información del médico, o de cualquier profesional sanitario, a nuestros pacientes y sus familias.

Me he encontrado con pacientes con una gran osteoporosis que se negaron a cualquier tipo de ejercicio, porque se les había dicho que no podían hacer nada, porque iban a romperse. Así que, cualquier intento por mi parte para mejorar el estado general resultó imposible de aplicar. Mi tratamiento había sido incluido en todo lo prohibido. Por más que yo explicaba la importancia de determinado programa de ejercicio que mejorara su estado osteomuscular. No es NO. Y punto.

Ahora me encuentro con una paciente con Alzheimer, que lleva en su casa casi todo el proceso de la enfermedad. Juana fue a un centro de día, hasta que se terminó ese programa anual. Ya no volvió. En una revisión con su neurólogo, este le dijo a la familia que "era muy importante que Juana mantuviera las rutinas. Cualquier cambio le vendría fatal". Porque se desestabilizan, se pierden, se alteran.

Vale, es cierto... en parte. Quiero creer que se refería a evitar, para darle los cuidados adecuados, Juana fuera peregrinando de casa de hijo en casa de hijo. Completamente de acuerdo. Peeeeeeeero, los hijos lo llevaron un punto más allá.

Si Juana no quería ir al centro de día, pues no iba y punto. Su rutina era estar en casa con la interna que le cuida y punto. Así se privó a Juana de cualquier programa de rehabilitación cognitiva y física. El resultado es un proceso de deterioro mucho más acelerado. Juana todavía cumple criterios de inclusión en un programa de centro de día. Pero no entra dentro de los planes familiares.

Además, al no estar dentro de un programa, de un centro, tampoco se benefician de consejos para la vida diaria. Ayudas técnicas, adaptaciones del hogar y la ropa, etc.

Ahora, intentaré recuperar un poco del tiempo perdido.