martes, 26 de noviembre de 2013

ORIGEN DEL DOLOR: EL JEFE

Con los años, una va entrando en confianza con pacientes, incluso con sagas familiares de pacientes. Pasas a ser alguien con la confianza suficiente como para contar más allá de las dolencias.

Hace unas horas, un paciente me ha mandado un correo, pidiendo cita. Le he preguntado el motivo de la consulta. A continuación os reproduzco su "explicación" del origen de sus dolores.

Para mi está claro: Estrés laboral.

10:00 A.M.
Llega el jefe y viene a controlar a los súbditos.

Jefe: ¡Vamos a ver!¿cómo están las pruebas de la junta-la-trócola?¿Lanzamos a las 14:00?
Empleados: No ha llegado el motor, no podemos probar la resistencia de la junta.
Jefe: Pero si lo probábamos hoy. Teníamos ventana.
Empleados: En los correos está claro. Está retenido en fábrica. Todavía lo están ensamblando y hasta dentro de 2 semanas no llega.
Jefe: Tengo que escalarlo. Esta vez sí que lo escalo.
Empleados: (¿Pero no lo había escalado ya?)

11:00 A.M.
Jefe: Acabo de hablar con fábrica. Ahora nos lo mandan por FAX
Empleados (alucinados): ¿Nos mandan el motor por fax?¿Pero eso es posible?
Jefe: Eso me han dicho. Que me mandaban un fax.
Empleados: ¿Pero un fax para qué?
Jefe: No se. Con el motor imagino.

12:00 P.M.
J: Os traigo el fax.
E: Pero si es una foto en B/N del motor.
J: Si. El motor. Ya podéis empezar a preparar las pruebas.
E: ¿Y el motor de verdad?
J: Lo vais probando en la foto, así adelantamos tiempo y a las 14:00 probamos con el de verdad.
E: Pero si el de verdad no llega hasta dentro de 2 semanas. Y esto es una foto.
J: Tengo una reunión. A las 13:00 P.M. hacemos un punto de control.

13:00 P.M.
J: ¿Ya estamos listos?
E: ¿Y el motor?
J: ¿Qué motor?
E: En el que vamos a probar.
J: Pero si ya lo tenéis.
E: Necesitamos un motor de verdad, no la foto.
J: ¿Y me lo decís ahora? Esto se avisa antes, no a media hora de la prueba. Ahora vamos a tener que posponerla. Y pedir ventana para otro día es complicado. Yo me encargo, porque sino, no salen las cosas bien.

14:00 P.M.
J: ¿Cómo van las pruebas?
E: ¿Qué pruebas?
J: ¿Cuáles van a ser? Las de la junta del motor. Para ver si aguanta.
E: Pero si se han aplazado, por no tener el motor.
J: ¿Quién ha tomado la decisión de aplazar las pruebas?¿Cómo qué no hay motor?¿Por qué nadie me ha informado? Muy mal. Aquí hay un problema serio de gestión y coordinación.

15:00 P.M.
J: Vamos a ver. Acabo de hablar con la fábrica y en el fax, por la parte de atrás, que seguro que no habéis leído, ponen las especificaciones. Con eso se podían lanzar las pruebas.
E: Necesitamos un motor de verdad, para probar si cumple con las especificaciones. Que los certificados de calidad los ponemos nosotros. En el documento, lo que ponen son los requisitos no funcionales...
J: Ah, pero entonces, teniendo los requisitos ¿Por qué no hemos lanzado?
E: Porque no hay motor.
J: Esto lo tengo que escalar.

16:00 P.M.
J:¿Cómo va el informe?
E: ¿Qué informe?
J: El de las pruebas de hoy ¿Lo tendré para hoy?
E: No había motor, no se han hecho pruebas. Por tanto, no puede haber informe.
J: ¿Por qué? ¿Y con lo que mandaron por fax? Creo que habría de sobra.

17:00 P.M.
J: Ya está. Solucionado. Mañana a las 8:00 A.M. Tenéis un motor. De 8:00 a 10:00 he pedido ventana en el taller para las pruebas.
E (impresionados): Perfecto ¿Tenían uno en fábrica para probar?
J: Lo están ensamblando y lo mandan a última hora de la tarde.
E: Pues entonces mañana probamos.
J: No os paséis, porque nos dejan una maqueta de plástico -usada para una exposición-, y si se calienta se derrite.
E: ¡Una maqueta de plástico! Pero eso no es real.
J: Si que sirve. Le metéis menos caña y luego extrapolamos.

19:00 P.M.
J: Vamos a ver ¿Por qué no se ha probado la junta?
E: Pero si no había motor...

No se vosotros, pero yo tengo clarísimo que se le ha montado el tendón occipito-calcáneo. Mala cosa.

jueves, 14 de noviembre de 2013

COLABORANDO QUE ES GERUNDIO

Muchos son los que sólo ven, en internet,  dragones, serpientes, acosadores, trolls, pedofilia, robos, suplantación de identidades, etc... y tienen razón... en parte.

Hay de eso, si, mucho, si. Pero de lo otro hay mucho También. Da vértigo entrar, si. Te pierdes, también. Pero se puede ganar tanto. Y no hablo de dinero (que dicen que también, pero casi me suena a los gatitos criados en botellas y a las meigas).

Hace años entré en twitter... Por razones... hum... detrás de "alguien". Si, lo reconozco entre por cuestiones muy humanas y poco profesionales. ¿Y? Cada uno entra por su razón propia. Pero después me quedé por otras cosas (porque... conseguí a esa persona, jejeje).

Con el tiempo, no me preguntéis cómo exactamente, fui haciendo un grupo de tuitamigos. Informáticos, médicos, ingenieros, enfermeras, escritores, maestros, especialistas en rr.ss., profesionales de farmacéuticas, pacientes, famsosos, chistosos, poetas, deportistas, técnicos en emergencias, emprendedores, ONGs, ... y fisioterapeutas. Muchos fisioterapeutas. 

Y estoy encantada. Entre todos esos profesionales, he tenido la suerte de encontrar personas. Personas que colaboran, que ayudan, que te echan un cable. Que si no saben algo, te lo retuitean, para ver si otros lo saben. 

Hace veinte años que suelo trabajar como fisioterapeuta única. Si tengo un problema, una duda, no puedo girarme y preguntar a un compañero. Pero tengo el móvil. Me giro y lo tuiteo. Siempre encuentro alguien al otro lado.

Tengo en mi TL (Timeline) un montón de gente, no de nicks. Y, como somos españoles, a la primera de cambio también quedamos para cañear, para cenar, para hacer jornadas profesionales, etc.

Algunas veces me apabullan con su conocimiento. Pero más me apabullan con su actitud desprendida y su capacidad para compartir. Hay mucha mala gente en la red, como en todas partes. Pero tengo suerte, di con los más majos.

sábado, 19 de octubre de 2013

MAÑANA, SEGUIRÁ EXISTIENDO EL CÁNCER DE MAMA... Y TODOS LOS DEMÁS

kukuxumusu.com
Me han llenado Twitter, WhatsApp, Line, Facebook y toda red social, web, blog, etc, de lazos rosas. Palabras de ánimo, de guerra, de lucha, de reconocimiento.

Hoy se habla, y mucho, de mujeres que luchan contra el cáncer, que lucharon y que lucharán. Me ha sorprendido ver también ¡Por fin! hombres. Porque los hombres también padecen cáncer de mama. Entendamos la frase anterior, no me alegro por los hombres con cáncer de mama. Me parece estupendo que se visibilicen, que se hable, que se sientan parte de esta campaña de apoyo. UF, espero no haberme metido en un jardín del que no pueda salir airosa.

El caso es que todos podemos aportar un granito. Un granito muy importante. Hoy, si, pero también mañana, pasado y el año próximo. Porque mañana seguirá la lucha, seguirá existiendo.

Mañana, sólo recordaros que la fisioterapia también aporta. Tras la radiación, tras la cirugía, tras el hospital, tras la jornada laboral, tras la clase de escalada de tu hija, tras dejar a tu nieta en inglés.

No te dejaremos sola.


viernes, 20 de septiembre de 2013

¿SOMOS POBRES?

De los directores de "COSAS QUE NO DEBES PREGUNTAR A UNA NIÑA DE CUATRO AÑOS" os presentamos un nuevo capítulo: "PAPA ¿SOMOS POBRES?"

Pues si, Diana, la hija de mi técnico auxiliar ayer se preocupó por la economía familiar.

Mientras trasteaba por la casa con su padre, le mira y le pregunta:

- Papá.

- Si, Diana.

- Nosotros ¿Somos pobres?

- ¿Pobres? - Se gira sorprendido, el sorprendido padre - No, hija. ¿Por qué preguntas eso?

Encogiéndose de hombros, la cría responde - Porque todos los niños tienen Wii y nosotros no.


Cuando la madre llegó a casa, se encontró a los dos jugando con la play.


Estos críos.


jueves, 22 de agosto de 2013

YO NO DOY MASAJES (FALTARÍA MÁS)

Seguimos un poco revolucionados los fisioterapeutas... Bueno, los fisioterapeutas 2.0... Bueno los fisioterapeutas 2.0 de twitter... Bueno los fisioterapeutas 2.0 de twitter con los que me hablo... Si esos son los que me constan que andan revolucionados. Y en Facebook o en Linkedin (que somos los mismos, pero con un aspecto más festivo y profesional).

Así de modernos que somos. Hablando de llevar la profesión hacia delante, proyectarla, unificarla, etc. Y que no hay manera, como ya esbocé en la entrada anterior

Lo que parece que todos tenemos claro es que n-o--s-o-m-o-s--m-a-s-a-j-i-s-t-a-s y, por tanto, NO DAMOS MASAJES hombreporfavor. A ver si nos van a confundir.

A lo sumo, hacemos drenaje linfático manual, movilizamos la fascia o nos estiramos con el Cyriax. Pero de masajes ¡NADA! ¡A LA HOGUERA! Con los libros donde hablan del masaje como parte de las técnicas de fisioterapia. Antiguos, eso es lo que sois, si los dais.

Aquí sólo da masajes Pablo y punto.

Es como la jaula de Rocher. Puedes tenerla, pero usarla ¡Nunca! Y si lo haces, que quede claro que es porque te obligan. Que tú todo lo haces con terapia manual y tratamientos individuales -si puedes, te dejan y tienes pocos pacientes, claro. Detallitos-.

Como bien habéis imaginado, ni tengo jaula de Rocher, ni doy masajes. Aunque forme parte de mi arsenal terapéutico. Aunque esté reivindicando a todas horas que formo parte de la única profesión capacitada para aplicarlos de manera terapéutica y óptima. Puedo, soy la indicada... pero no me da la gana.

¿Qué puede estar indicado en el tratamiento que tengo entre manos? ¿Y? que no, que no lo doy que eso es muy pasivo. Que sólo vienen a darse masajes porque les mola. No, no Y no. Que soy una fisioterapeuta moderna. Bueno, vale, si se pone muy pesado el paciente le hago Cyriax.

Peeero, si este blog fuera una sala, con las sillas haciendo círculo. Con una mesa al fondo, con café y galletas (muy americano de autoayuda). Me levantaría, os miraría a todos y después al suelo, para decir:

- Hola... Me llamo Olga... Soy fisioterapeuta... Y doy masajes.

Sólo espero recibir un "TE QUEREMOS OLGA".


sábado, 10 de agosto de 2013

DEFINE FISIOTERAPIA Y HABLAMOS

Esta semana, por twitter (últimamente ¿Dónde si no?), surgió un buen tema de conversación. Cómo mejorar, cómo unificar, cómo ser una, grande y fuerte... FISIOTERAPIA. No cien pequeñitas y cabreadas.

Las ideas fueron buenos, esbozos, orientaciones. Pero twitter se queda corto para algunas cosas. Hacerlo en persona es delicado, para evitar que surjan las "nacionalidades" entendidas como reductos de exclusividad profesional "Que si yo soy fisioterapeuta... Que si yo osteópata... Que si yo acupuntor... Que si yo linfoterapeuta... Que si la abuela fuma".

Así no vamos a ninguna parte.

Propuse el encontrar un mínimo común denominador.

Miremos a nuestro alrededor y veamos que hacen otros colectivos. Cómo lo llevan. Cómo se les identifica. Cómo se identifican. Hummmm ¿Los médicos? Venga va, veamos su "modus operandi".

Todos son médicos, pero si preguntas responden "soy pediatra. Traumatólogo. Geriatra. De familia..." Y tú, lo que entiendes es "soy médico pediatra, médico traumatólogo, médico geriatra, médico de familia..." 

Nadie pregunta "Si, traumatólogo. Pero ¿Eres médico? Porque me han dicho que me viene bien un traumatólogo, pero que sea médico". Eh, eh, cuántos hacéis esa pregunta... Ya me parecía a mi. O no le dices a ninguno "¿Eres médico o reumatólogo? Porque me han dicho que es un reumatólogo el que tiene que verme?"... Tampoco ¿Verdad? Hasta los naturópatas y los homéopatas, son médicos homeópatas o naturópatas.


No hay fisioterapeutas de academia. Ni de cursito. Hay personajes que dicen que son osteópatas queenamericaescarrera... pero aquí no.

Hay personas que hacen drenaje linfático manual... en la peluquería, a la vez que te depilan y te liman las uñas. Pero no están capacitadas para "tratar" problemas de salud. 


TODOS nosotros somos fisioterapeutas. Todos estamos más o menos orgullosos de serlo. Pero, después, unos hicieron osteopatía, otros DLM, otros Bobath, Mezier, Mulligan, RPG, neurotape o el tradicional daleramón (Bueno éste último, no se estudia, se degenera hasta él).

Puede picar a alguien, pero la acupuntura, en España, no es fisioterapia, ni la moxibustión, ni el pilates, ni la psicomotricidad como tal, ni la homeopatía, etc.

DISTINTO es que un fisioterapeuta lo estudie y lo aplique. Líbreme el cielo de prohibir a nadie estudiar lo que le gusta, o en lo que cree. Pero será un fisioterapeuta que también es acupuntor, homeópata, psicomotricista, monitor de pilates, etc. Porque para ser acupuntor, psicomotricista, monitor de pilates o experto en flores de bach, no se exige ser fisioterapeuta y sino te quedas fuera. 

Creo que nuestro título debe llenarnos de orgullo, porque nos ha traído hasta donde estamos. Y, a partir de él, poner si queremos un apellido.

Yo soy fisioterapeuta, pero también hice osteopatía, DLM, pilates, neurología,... Y trabajo a nivel de fisioterapia general y en geriatría. Me defino más por mis áreas de trabajo que por mis estudios. Quizá porque hice varios postgrados y porque me encanta aplicar todo lo que se a mis pacientes. Lo que necesitan de todo lo que se. Porque pocas cosas se pueden solucionar SOLO con una técnica, si no tuviéramos todo nuestro bagaje profesional y de formación detrás.

Qué es la fisioterapia y qué el acto fisioterápico Y, a partir de ahí, hablamos de especialidades. Bien sea desde el punto de vista médico o técnico. Ese tema habrá que unificarlo también, de cara a buscar el desarrollo de la carrera profesional y las especialidades. Pero eso ya es demasiada harina para este costal.

TODOS SOMOS FISIOTERAPEUTAS.


lunes, 5 de agosto de 2013

PABLO-PACIENTES. O CUANDO EL PROBLEMA HAY QUE HABLARLO

Han vuelto Pablo, sus tratamientos, sus pacientes, sus amigos y "sus cosillas". En Twitter nos echamos unas risas, a costa de ciertas "licencias" de los guionistas. Unas veces se nos saltan las lágrimas de pura envidia -¡Cómo duelen esos 90€ por sesión! que no hemos superado todavía-. Otras veces se nos afila el humor con su forma de diagnosticar. Y esa extraña manía de curarlo todo con masajes -da igual que sea una persona parapléjica, una contractura, un hematoma perdido por el sistema nervioso, etc. No sabemos si son sus manos, su técnica o esa maravillosa crema.

El caso es que si que tengo algunas cosas en común con el personaje. Los líos de sábanas... NOOOOOOO. Tampoco la nómina, la casa, el uniforme... NOOOO. Algún perfil en los pacientes.

Hace unos años, un médico de sociedades médicas, se quejaba de la superficialidad de la relación médico-paciente. Que en consulta tan simpáticos y próximos y fuera ni le saludaban. Puede ser, todos cambiamos si nos quitamos el pijama. No siempre se nos reconoce. También hay que pensar que en consulta hemos de contar cosas que pueden resultar incómodas fuera. No deja de ser el médico.

Pero me resultaba relativamente extraña esa visión, desde el punto de vista de la relación fisioterapeuta-paciente. Porque mi experiencia es bien distinta. Pacientes que te quieren invitar al café, o acuden a la consulta sólo con la intención de presentarte al hijo recién nacido. Incluso pacientes que te invitan oficialmente a su boda.

 Y eso tiene relación con el tiempo que pasamos con nuestros pacientes. Un tiempo que les dedicamos a ellos solos. No todos, pero si muchos. 

Por el propio perfil de nuestro trabajo. Por el contacto íntimo que requiere nuestra actuación. Porque ya no nos tocamos y, delante del fisioterapeuta hay que desnudarse. El fisioterapeuta "toca", aunque sea con un único dedo (#dedoconcept) sobre un punto doloroso.

Nuestro trabajo va a contracorriente. Ahora la gente se saluda de lejos, se dice "Eyyy, ¿Cómo vas?", esperando que NO se lo cuente. Y vamos nosotros y le decimos "señale" y, tras observar, palpamos, exploramos y tratamos.


Mientras, pasamos un buen rato mano a mano. Y la conversación fluye. Otras, no queda más remedio que preguntar por temas que superan la lesión. El origen -porque no tratamos sólo síntomas- está donde está y hay que buscarlo. No soy psicóloga y, por tanto, no ejerzo de ello. Pero escucho muchas cosas. Escucho muchos problemas. Y la sombra de "Pablo" crece sobre la pared del fondo.

Problemas físicos agravados por problemas laborales, familiares, de pareja. Por estrés que nos supera, por depresiones, por ansiedad. Me hablan de problemas de pareja, de suicidios, de madre-padre-pareja-hijo con problemas que no saben por dónde coger... Alguna lágrima ya he recogido.

En algunos casos, escucho y anoto. Porque el cuerpo no es ajeno, ni a los sentimientos, ni a las relaciones, ni a la cabeza -a esa mucho menos-. He aconsejado ponerse en manos de un buen profesional -porque es mi obligación derivar-. Hay que quitar hierro a visitar a un psicólogo/psiquiatra. 

Otras veces, trabajo y escucho.





viernes, 2 de agosto de 2013

Y SI LA COMUNIDAD PAGARA COMO UNA SOCIEDAD

Hace unos días, leyendo una entrada sobre Sanitas aquí y su decisión unilateral de reducir un 16 % las tarifas de los tratamientos de fisioterapia, me dio por pensar. 

Pensé en mi nómina. En la nómina de la Comunidad de Madrid para fisioterapeutas de residencia de personas mayores a jornada completa. Nunca me lo había planteado. Pero, para hacer una comparación coherente, debemos hablar en los mismo términos. Más o menos, que esto no es mi fuerte.

Así que saqué mi nómina y me puse a echar cuentas por sesión de fisioterapia. Igual que hace Sanitas o cualquier otro seguro privado de salud.

1790 € brutos (de ahí se descuentan 480 € en concepto de IRPF, SS, paro y formación profesional, pero lo dejaremos en bruto).

Ahora, que no tenemos personal y, por tanto, me bajan menos residentes, tengo una media de 28 pacientes diarios. Ya digo que esto es Julio. En diez meses al año casi duplico ese número. Lo que hace un total de 588 tratamientos mensuales.

Bueno, estábamos con 1790 € y 588 tratamientos al mes. Ponemos de media 21 días de trabajo al mes. Y hago números: 

Resultado: Cada tratamiento me lo "pagan" a 3,04€ (Ya digo, en JULIO).

Entonces, veo la cosa desde un punto de vista diferente. Y muy clarito. LA FISIOTERAPIA VISTE MUCHO, PERO LA PAGAN POCO EN TODAS PARTES. No se si lo expliqué bien. 

Si, si, ya se que no pago las instalaciones, ni el agua, ni la luz. Es una pequeña aproximación.

Creo que la guerra es mucho más grande. Se trata de poner en valor nuestra profesión, de apoyar con investigación los beneficios y la reducción de costes (los famosos costes de la atención sanitaria). Porque todo se reduce a la pela, digo al céntimo. Si demuestro que ahorro seré bienvenida. Eso para las empresas. Y quien dice empresa, engloba la administración. Anda que no están dando guerra con la medicación. Y ese idioma no lo hablamos.

Si demuestro que los pacientes de su especialidad mejoran más rápidamente, que mejoran los resultados de su trabajo, los médicos también nos pondrán en valor. Como ya sucede en muchos equipos.

Que esta entrada no es para dar lástima, ni para decir "¡Mirar, a mi también me pagan poco!" Porque soy consciente que, a igual jornada y trabajo, hay compañeros que reciben menos. Creo que no es el momento de tirarnos el típico "¿De qué te quejas? Yo estoy peor". Sino tratar de mejorar todos. De ser correctamente valorados.

Sólo quiero hacer ver que el problema es más amplio. Quizá tengamos que hacer un cambio de objetivo, o de estrategia. No se. O todo.






viernes, 26 de julio de 2013

A VUELTAS CON EL SEXO Y EL ALZHEIMER

En el tratamiento de los pacientes con Alzheimer, los cuidadores principales son una parte muy importante a tener en cuenta. Porque, como en muchas cosas en la vida, el que apoya y asiste, tiene unos problemas derivados de esa misma situación.

La sexualidad, como es lo más normal, en la pareja es cosa de dos. ¿Qué pasa cuando uno de los dos tiene Alzheimer? Pues que, como el resto de los aspectos, la vida se altera.

La actitud frente a la sexualidad, en su más amplio sentido, puede variar de una persona a otra. Influyen el sexo, la educación, los falsos mitos, el tipo de relación preexistente, etc. Pero no por ello, si desaparece la apetencia en una de las dos personas, desaparece en las dos.

Esta situación puede generar problemas en la pareja. Bien sea por las situaciones que un cuadro de desinhibición pueda causar a nivel social, como el rechazo al contacto sexual que puede frustrar a la pareja.

Paco es paciente mío desde hace una década. Su mujer también ha pasado, hace unos años, por la consulta. Durante las pocas sesiones que acudió -nunca ha venido como acompañante de Paco-, no observé signos llamativos y típicos del Alzheimer. Pero ya ha llovido desde entonces.

La falta de actividad sexual con su pareja es un tema recurrente durante la sesión -le encanta hablar de muchas cosas, mientras le trato-. El rechazo, las manifestaciones de "repelencia" que generan en su mujer... Bromea con ello y me lanza los tejos -muy discretamente he dejado claro que estoy casada y muy feliz, sin ganas de aumentar la pareja, como bien nos enseñó el profe de logopedia y la vida misma-. Al principio me incomodaba bastante. Pero visto desde este ángulo, creo que no lo estaba enfocando bien.

Aún sabiendo que tiene Alzheimer y que ya tiene síntomas -siendo el aspecto sexual uno más dentro de la patología de su mujer y del envejecimiento-, Paco se resiste a renunciar a las relaciones íntimas con su mujer. 

Aunque no es mi campo de actuación, como profesional no dejo de tener cierta responsabilidad. A fin de cuentas, considero sus continuas referencias al tema como una llamada de atención.

No se si os ha pasado a vosotros. En mi caso, intento que realice todas las preguntas al equipo que trata a su mujer. Fijo que ellos pueden hacer frente, de manera más efectiva, al problema. 

miércoles, 10 de julio de 2013

FISIOTERAPEUTAS CON PIEL DE PSICOLOGO

Hay fisioterapeutas que hablan mucho, otros apenas hacen las preguntas pertinentes y las indicaciones precisas. Hay bromistas y los hay serios. Los hay de bata, pijama o chandal. Los hay de niños, de mayores, de neuro, de trauma o del deporte. Y muchos de lo que pueden y les dejan.

Lo que si somos todos, es poseedores de dos estupendas orejas. Y muchos problemas vienen de más allá de un músculo, una hernia o un problema cardíaco. Porque no será el primero, ni el segundo, que acude con una sintomatología y una mochila. Mochila de la que pueden tener conciencia o ni imaginar.

Algunas veces, es tan importante lo que hablo como lo que trato. 

Incluso he tenido que recomendar, con cuidado y tacto, la visita a un profesional -psicólogo, psiquiatra-. Yo puedo escuchar algunos problemas, pero no soy la persona indicada para orientar. 

No sólo el estrés se somatiza. En la camilla se sientan problemas laborales, familiares, sentimentales, sociales. Los efectos aparentes, contracturas, tirones, ciáticas, rigideces, palpitaciones, dolores de cabeza, ardor de estómago, estreñimiento, diarreas, entumecimientos, insomnio, fatiga, soledad, etc.

Algunas veces, al contarlo, el peso se aligera. Sólo había que dejarlo escapar, verbalizarlo, hacerlo real ante otra persona. Otras veces no es suficiente. 

Y, si esa mochila no se aligera, el paciente recaerá. Porque la carga es pesada y todos nos cansamos de aguantar. Por tanto, no debemos ceñirnos a nuestro trabajo, nuestras recomendaciones ergonómicas y deportivas y revisiones. Hay que saber derivar. No sólo al médico de cabecera, al colega más experto o al polideportivo de la esquina. 

Si alguna vez, acude a un fisioterapeuta, y le recomienda un equipo de salud mental o un psicólogo, no insinúa que esté loco o se lo quiere quitar de encima. Puede que reconozca que no es el profesional más adecuado para que usted mejore. Se trata de su vida y su salud.


miércoles, 3 de julio de 2013

TROZOS DE PASADO QUE OTROS TEJEN (II)

LA LOCA DEL MUELLE DE SAN BLAS

Mientras trataba de convencer a Manolo, de sus posibilidades para caminar seguro, la mujer y yo charlábamos animadamente -entre ejercicio y ejercicio hay unos segundos muy útiles-. Hablando de todo, y desembocamos en las señoras que en su momento no se casaron y ya quedaron marcadas en el pueblo. Y cosas así.

- En los pueblos, se tenían muy en cuenta esas cosas. Incluso se hacía imposible encontrar novio en tu pueblo y tenías que irte al de al lado.

- Duro si que debía ser - respondí, mientras empezaba otra tanda de ejercicios de piernas con el marido-.

- En mi pueblo vivió una que se volvió loca. Pero por casarla.

Paré un segundo el ejercicio - ¿Loca por?

- Uy, mujer por esas cosas de los ricos y los pobres. Que la casaron, siendo una muchacha joven y bonita, con un viejarro de los que tenían "herencia". Ella tendría veinticuatro o veinticinco años y él andaría por los sesenta. 

- Y ¿Qué pasó?

- Pues la noche de bodas se escapó. Y se escondió en unas cuevas para el vino. De esas que hay en los pueblos.

- Y ¿No volvió? 

- La encontraron tres días más tarde - con cara de pesar añadió- loca perdida. Guapa era mucho, pero loca loca.

- ¿Se la llevó el marido? - Me moría de curiosidad por saber el final de la historia. Aunque si era "La loca del pueblo", intuía el final.

- ¡UY, no hija! Se la llevó la hermana -cuñada de un primo de mi madre-. Seguro que el viejo les daba dinero para cuidarla. Porque las hacía buenas.

- ¿Se escapaba?

- La tenían encerrada en una habitación en el primer piso. Mi primo y yo, cuando éramos pequeños, decíamos "vamos a ver si sale la loca". Porque a veces salía al balcón desnuda. Poco importaba si era verano o invierno. Y si pillaba unas tijeras, podía hacer tiras las mantas que le daban para taparse, o la ropa. Así que, para mantenerla, algo les pasaría.

- Pero, ¿hace mucho de eso?

- Uy si. Cuando yo iba con mi primo, tendríamos doce o trece años y ella ya tendría sesenta y tantos. Y ya tengo ochenta y uno. Con lo guapa que era y mira cómo terminó por casarla con el viejo rico del pueblo. El dinero es lo que tiene.

- Menos mal que no soy de tu pueblo.

- Bueno mujer. Yo me casé con éste. Y ya hace años que le aguanto.

- Mujer que no es una condena -Manolo ya no nos hacía caso y miraba de reojo la tele-.

- No se, no se. La mujer, algunas veces no estaba tan mal y bajaba a la cocina a comer con todos. Si esos días me veía todavía parecía recordar algo y me decía "Tu padre es marino". Y algo se parecía, porque tenía una tienda de ultramarinos. Así que muy desencaminada no iba.



sábado, 1 de junio de 2013

¡NO ME QUIERO MORIR!

Hace unos años, vivía aquí -en la residencia- una mujer con muuuchos años (da igual cuántos, un cerro). María, con más arrugas que años, con la espalda doblada por la vida, que no impedía que llevara la cabeza bien alta. Educada, miope, próxima, de voz dulce y mejores formas. Sólo utilizaba un bastoncito para ser completamente independiente. Bueno, casi casi independiente.

Una mañana, tras dejar el abrigo en la sala, pasé por la enfermería para conocer las noticias del día. Y me encontré con caras serias, papeles para la ambulancia y sueros de mano en mano. María estaba ingresada. No se sabía muy bien qué le pasaba. Pero nada bueno. El médico suponía una hemorragia digestiva. La enfermera también. 

Mientras esperábamos todos que el suero surtiera efecto y la ambulancia llegara volando, me acerqué a su habitación.

Encontré una mujer encogida, más pequeñita de lo que recordaba. Más frágil, más pálida. Los ojos cerrados, la respiración un suspiro. Me aproximé con cuidado, como si entrara en una iglesia y le acaricié la mejilla. Lentamente abrió los ojos y sonrió -o lo intentó-.

- Hola María, cielo.
- Oh, hola Olga -tragó saliva- Me encuentro mal.
- Lo se.
Suspiró - Me siento morir.
Los ojos se me anegaron de lágrimas y un nudo me secuestró la voz. No sabía qué decir, porque la verdad, yo también la veía desaparecer.
- Y... ¡Yo no quiero! - Intentó poner genio en sus palabras, que apenas si superaron el volumen de una plegaria.
- Pues, entonces -le cogí la mano-, lucha María. No dejes que la vida se te escape. Pon tus energías en volver aquí del hospital.
- Lo intentaré.
Cerró nuevamente los ojos. Escuché pasos a mis espaldas y me retiré.

Salí de la habitación inundada de emoción. Si, les coges cariño. Si, es tu trabajo. Si, soy una persona y tengo mis debilidades.

No podía decirle, por respeto, esas tonterías de "Venga, que no te vas a morir", "No digas eso", "Vamos, vamos, todavía tienes mucha guerra que dar"... Porque yo también veía sus ganas de vivir en franca desventaja con la pérdida de sangre. 

Toda esa lucha en un cuerpo delgado, pequeño, doblado por la vida pero que  todavía no había perdido la batalla.

Esa vez, María ganó.

Hoy me vino a la cabeza y le sonreí. Por si me observaba desde alguna parte.

martes, 21 de mayo de 2013

TROZOS DE PASADO QUE OTROS TEJEN

Una residencia es un microcosmos. Con una población reducida, donde todos terminan por conocerse. No sólo los residentes y los trabajadores. Los familiares también tejen sus redes de apoyo. Tengo un grupo de familiares que se juntan en los soportales de la residencia y cantan, ríen, se ayudan y se secan las lágrimas cuando una se escapa. Si un familiar no puede venir, otro me trae al abuelo a tratamiento.

No debemos verlos como una fuerza de presión, como algunos colegas pueden ver. Son redes que ayudan a soportar la necesidad de dejar a un ser querido en un centro asistencial. Los que no se preocupan de ellos, nunca aparecen por el centro y menos se adhieren a estos grupos.

Está claro que, en la actualidad, se hace muy difícil cuidar de padres, madres, esposas, esposos o hermanas, cuando el deterioro es mayor que las capacidades. Ese duro momento de alejarte, hace pensar que lo abandonas, que eres una egoísta, que dejas lo duro a los demás.

Nada más alejado de la realidad. Cuando los cuidados se especializan hay que acudir a los profesionales. Aquellos que cuentan con medios y conocimientos -o se les presupone-.

Dentro de este grupo, se incluyen varias generaciones de la misma familia. Todos juntos ayudan, se apoyan, crecen y calman las heridas. Aprenden y te enseñan -que nadie nació "sabido"- un montón de cosas.

Una nieta, por ejemplo, ha creado un blog, donde habla del centro, de su familia, de la de los otros, de los trabajadores, etc. Una bonita experiencia. Una forma de no dejar que los detalles se olviden. 

Aquellos que ya no saben que es un ordenador, quedan así en la red, para que todos podamos conocer quiénes son, por lo que fueron, por lo que son, por lo que amaron, por quien les amó y amaron.

Sólo espero que no sea flor de un día, o blog de un examen.

martes, 23 de abril de 2013

DE AGRADECIMIENTOS EN EL DOLOR

Hace unos días, Palmira nos abandonó. Para dolor de su familia y, un poquito, nuestro. Pues terminas poniendo algo de tu corazón en cada paciente. 

La familia no quiso marcharse sin más, con sus ropas, sus penas y sus recuerdos. Nos dejaron unas palabras que quiero compartiros:

"Hace unos diez años, mi madre empezó a tener Alzheimer, una enfermedad muy cruel que, como me dijo una amiga "lo robaba todo".

La robó sus recuerdos, lo más importante que tenemos en la vida, porque nosotros vivimos y somos nuestros recuerdos, los de nuestra infancia, de nuestra juventud, de nuestra familia, nuestros hijos, nuestra forma de ser y comportarnos; pues a mi madre, como a todos los enfermos de Alzheimer, todo eso SE LO ROBARON.

Cuando la enfermedad avanzó los cuidados cotidianos en su hogar, ese que ella había creado durante toda su vida, no fueron suficientes.

Solicitamos plaza en un centro de día y tuvimos la suerte de poder traerla aquí, al Centro de Día de Alzheimer del centro. Para nosotros, dentro de la pena que suponía la situación que vivíamos y tener que traer a tu madre a un Centro, supuso un gran alivio, ya que esas horas estaba en manos de profesionales, desde el personal de limpieza hasta la dirección, pasando por auxiliares, terapeutas, psicólogos, trabajadores sociales, no diremos nombres, porque en estas ocasiones siempre alguien se queda "en el tintero" y no sería justo, pero todos nos conocemos.

En nuestra primera reunión con los responsables del Centro de Día ya nos hablaron del siguiente recurso, el ingreso en el Centro de Mayores, es decir en la Residencia. No quisimos hacer caso, en nuestra falsa ilusión, creíamos que nuestra madre se iba a curar. Pero... ese día llegó y tuvimos que solicitar plaza en residencia, la enfermedad había avanzado tanto que ya no podíamos cuidarla en casa. Esta vez nuestra suerte cambió y en vez de darnos plaza aquí, por esas cosas de la burocracia, nos la mandaron muy lejos, a 70 km de nuestra casa. 70 km de ida y 70 km  de vuelta que teníamos que hacernos todos los días para poder ver a nuestra madre. Así pasamos cinco largos meses, hasta que por fin pudo volver aquí. En aquel período mi madre dejó de comer, sólo tomaba batidos probióticos y algún que otro vaso de leche bebida. Cuando volvió aquí, y gracias a los grandes profesionales que aquí trabajan, consiguieron que poco a poco, y a pesar de su gran deterioro, mi madre volviese a tomar alimento, purés en las comidas, leche y galletas en el desayuno y merienda, algo que para nosotros era ya impensable. Sólo les costaba ducharla, y poco a poco lo iban consiguiendo. Pero el mayor logro para nosotros fue conseguir que mi madre empezase a recuperar la sonrisa, a repartir besos, a bailar, en fin... un poco de su alegría, esa que ni siquiera la enfermedad le había robado.

Nuestra felicidad ha durado poco tiempo, faltaban pocos días para cumplir los cinco meses de estancia aquí, a nuestro lado, cerca de su casa, cerca de nosotros, cuando nos sorprendió su partida definitiva.

Queremos manifestar nuestro agradecimiento en mayúsculas a todos los trabajadores del Centro, pero con un cariño especial al personal tanto del Centro de Día, como de la U.A.P., que han trabajado directamente con nuestra madre, y que con tanto cariño y profesionalidad la han tratado.

Y, para finalizar, también queremos agradecer el apoyo recibido de todos los residentes, especialmente los que compartían zona con nuestra madre, y sobre todo, de los familiares de los residentes que tantas muestras de ánimo nos han transmitido en todo momento.

Todos y cada uno de vosotros estaréis siempre con nosotros en nuestros recuerdos, bueno a no ser que una cruel enfermedad NOS LOS ROBE.
Gracias por todo".


¿Comprendéis la lagrimita del otro día en twitter?

miércoles, 20 de marzo de 2013

HOY TOCA SER FELIZ

Hoy, la web me ha chivado que es el día de la felicidad. Pues a ser feliz se ha dicho. Y no es cosa baladí. Hay estudios sobre la felicidad, muy sesudos y otros no tanto. Se estudia su proceso, su génesis, su influencia en la salud, en la empresa, en la pareja, en el sexo, etc.

Hay psicólogos de la felicidad, estudiosos de la economía de la felicidad, el coaching busca también la felicidad en alguna de sus vertientes. Hay artistas que buscan plasmarla o beber de ella. 

Se celebra gracias a la aprobación de la Asamblea General de la ONU. Tras proponerlo el primer ministro de Bután. Y no es una tontería, pues Bután es el país más feliz de Asia y el octavo del mundo (¿Dónde estaremos los españolitos, antes tan felices?). Que las festividades ya no las marca sólo el santoral vaticano. 

Reconozcamoslo, algunas mañanas es difícil creer en la felicidad, más allá de ser el Santo Grial del milenio. Pero hay que intentarlo. No hace falta, no debería, que nos lo digan en la ONU. Desde siempre, los españoles conocemos el poder de la felicidad. De la risa, de la alegría. Tendríamos dos duros, pero nos reíamos, celebrábamos, cantábamos. ¿Quién nos robó la felicidad de las pequeñas cosas?¿Quién nos engañó con grandes planes, grandes proyectos, grandes ciudades, grandes cuentas, grandes perlas?.

La felicidad, dicen, que no es un estado sino un pequeño momento, un instante. Pero nadie ha dicho que no podamos llenar la vida de millones de esos pequeños momentos. Sólo tenemos que darnos cuenta de su presencia y su fugacidad. Sonríe siempre que puedas. Llama a tus amigos, a la familia. Pasea. Escucha música. Disfruta de un ratito tirada en el sofá. Déjate llevar por los dibujos de tus hijos o tus nietos. Aprovecha para ver tu peli favorita. 

Hay un montón de cosas que nos pueden ayudar. Dejemos que entren por puertas y ventanas. Recuperemos ese gran espíritu español. Esa alegría, esas ganas de vivir. Porque si busco un poco puedo poner sobre la mesa unos cuantos estudios sesudos que demuestran el efecto beneficioso de la felicidad.

Ser felices, hoy y mañana. Las autoridades sanitarias dicen que es bueno para la salud -algo que ya sabíamos sin ser tan sabios-.

martes, 19 de marzo de 2013

MI MADRE NO VA A FISIOTERAPIA


Hace un par de días, me llamó por teléfono la hija de una residente. Con un punto de mosqueo, y yo creo que tirando a matar, me espetó:


- Mi madre no va a fisioterapia ¿verdad?
- Puede - empecé algo perpleja- ¿Quién es su madre? -Se les olvida que aquí tenemos más de cien "madres" potenciales, y que por teléfono el parecido físico es bastante difícil de sacar-.
- Marcela Troyano.
- Pues Marcela si que viene. Y, si no recuerdo mal, dos días a la semana.
- Pues me extraña, porque no colaborará y no estaba en su lista semanal - casi sonó con un triunfal "¡Te pillé!-, que vi cuando pasé por allí.
- ¿Lista semanal? Yo no tengo lista semanal - ¿De dónde se habría sacado tal cosa?-. Y colaborar, colabora poco, si por...
- Claro que colabora poco, porque el otro día fui por la mañana y estaba totalmente drogada.
- ¿Qué?¿Drogada? - sonaba a una residencia oscura e ilegal, llena de abuelos yonkis-.
- Si, si. Normalmente voy por la tarde. Pero el sábado no podía ir por la tarde y fui por la mañana. Mi madre estaba totalmente drogada. Yo le preguntaba si tenía sueño y respondía como que era otra cosa.
- El tema de la medicación lo lleva el médico -como en toda residencia que se precie de ser legal-, pero le digo que hay muchas causas para que una residente esté somnolienta por la mañana. Un ejemplo, las infecciones de orina... Pero ya le digo, es la primera noticia que tengo. Aquí acude con normalidad. La traemos, y claro, seguir órdenes como que no. Dado su avanzado deterioro cognitivo. Sin embargo, por imitación si que conseguimos que participe en los ejercicios.
- ¿Ah, si?
- Si. Y, que yo recuerde, nunca ha estado en el estado que usted refiere. Habla menos, eso si. También parece que ha perdido audición últimamente.
-...
-...

La conversación se prolongó más del tiempo que yo hubiera deseado. Pues hay temas que no soy quién para tratar y menos por teléfono. Lo que me llama la atención es la presunción de la ausencia de cuidados. De mal cuidado, si radicalizamos un poquito el discurso.

Los pacientes con deterioro cognitivo, tipo Alzheimer o cualquier otro (que hay más mundo dentro del deterioro cognitivo), puede que no comprendan órdenes sencillas, puede que no te hablen, que parezca difícil establecer una comunicación fluida. Más, si está ya en un estadío avanzado. Pero de ahí a que no hagan terapia, activa o asistida, media un mundo y medio.

El profesional que se marca unos objetivos con un paciente de este tipo, emplea todas las técnicas y las herramientas que conoce -ortodoxas y no tanto- y que tiene a su alcance. Pelotas, paralelas, picas, repetición, imitación, canciones, etc. Con el único objetivo de llevar a buen puerto una sesión de fisioterapia.

Lo que no podemos pretender es que si va a fisioterapia, esta consiga hacer retroceder el inexorable avance de la enfermedad. Lo que si conseguimos es mantener más tiempo las capacidades y la funcionalidad. Mantener, y en algunos casos, recuperarla. Pero a nivel de funcionalidad, de autonomía, pues el deterioro a nivel de SNC está ahí.

Invito a preguntar, a cualquier familiar que quiera saber y aprender, al fisioterapeuta que lleva el tratamiento de su familiar. Pregúntele qué ejercicios o actividades pueden hacer en los horarios de visita. Porque muchas veces, el problema es también sentirse inútiles ante la enfermedad de un ser querido. Y saber que lo que haces tiene un sentido es muy importante. 

martes, 5 de marzo de 2013

MEDITERRÁNEO


Desde mi primer trabajo, allá por el siglo XVIII, siempre he trabajado con música. Concretamente con la radio. Y ya pasamos de veinte años de ejercicio profesional (¡Santo Dios!¡Veinte años!).

Ya llevo quince años en esta residencia y no he cambiado la costumbre. Pero hace nada pillé un cadena de radio con música "menos moderna". Y se la planté a mis pacientes.

Gracias a ella, mi paciente con problemas de habla se arrancó a tararear una coplilla. Y otros tantos le hicieron los coros.

No olvidemos los usos y costumbres, para ayudarnos en los tratamientos. Las tradiciones, los cantantes, las películas, las historias de su juventud. Todo ello lo podemos introducir en nuestra dinámica.

¿Qué buscamos? Mejorar la predisposición de nuestros pacientes, la empatía. Ayudarnos con un mejor estado de ánimo. 

Aunque no seamos expertos en musicoterapia, la música es una buena herramienta auxiliar en nuestro trabajo como fisioterapeutas.

lunes, 18 de febrero de 2013

PIENSA LO QUE DICES Y CÓMO LO DICES

Algunas veces... Bueno, mejor dicho, siempre debemos meditar las palabras que empleamos para comunicarnos. Cómo intentamos transmitir un mensaje. Y más si es información del médico, o de cualquier profesional sanitario, a nuestros pacientes y sus familias.

Me he encontrado con pacientes con una gran osteoporosis que se negaron a cualquier tipo de ejercicio, porque se les había dicho que no podían hacer nada, porque iban a romperse. Así que, cualquier intento por mi parte para mejorar el estado general resultó imposible de aplicar. Mi tratamiento había sido incluido en todo lo prohibido. Por más que yo explicaba la importancia de determinado programa de ejercicio que mejorara su estado osteomuscular. No es NO. Y punto.

Ahora me encuentro con una paciente con Alzheimer, que lleva en su casa casi todo el proceso de la enfermedad. Juana fue a un centro de día, hasta que se terminó ese programa anual. Ya no volvió. En una revisión con su neurólogo, este le dijo a la familia que "era muy importante que Juana mantuviera las rutinas. Cualquier cambio le vendría fatal". Porque se desestabilizan, se pierden, se alteran.

Vale, es cierto... en parte. Quiero creer que se refería a evitar, para darle los cuidados adecuados, Juana fuera peregrinando de casa de hijo en casa de hijo. Completamente de acuerdo. Peeeeeeeero, los hijos lo llevaron un punto más allá.

Si Juana no quería ir al centro de día, pues no iba y punto. Su rutina era estar en casa con la interna que le cuida y punto. Así se privó a Juana de cualquier programa de rehabilitación cognitiva y física. El resultado es un proceso de deterioro mucho más acelerado. Juana todavía cumple criterios de inclusión en un programa de centro de día. Pero no entra dentro de los planes familiares.

Además, al no estar dentro de un programa, de un centro, tampoco se benefician de consejos para la vida diaria. Ayudas técnicas, adaptaciones del hogar y la ropa, etc.

Ahora, intentaré recuperar un poco del tiempo perdido.