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sábado, 8 de agosto de 2020

Mirlo

 Amaneció, como cada mañana, horas antes que ella. Con pocas ganas se levantó. Se calzó las zapatillas y, en pijama, se arrastró hasta la cocina.

Fue directa al balcón. Allí estaba la razón que le llevaba a levantarse cada día, de los últimos quince. Un estupendo mirlo se apoyaba en la verja, como esperándola.

Compartían unos minutos de silenciosa conversación y luego se alejaba volando, hasta la mañana siguiente.

Así fue como, Paola, fue salvada por un mirlo.

viernes, 26 de julio de 2013

A VUELTAS CON EL SEXO Y EL ALZHEIMER

En el tratamiento de los pacientes con Alzheimer, los cuidadores principales son una parte muy importante a tener en cuenta. Porque, como en muchas cosas en la vida, el que apoya y asiste, tiene unos problemas derivados de esa misma situación.

La sexualidad, como es lo más normal, en la pareja es cosa de dos. ¿Qué pasa cuando uno de los dos tiene Alzheimer? Pues que, como el resto de los aspectos, la vida se altera.

La actitud frente a la sexualidad, en su más amplio sentido, puede variar de una persona a otra. Influyen el sexo, la educación, los falsos mitos, el tipo de relación preexistente, etc. Pero no por ello, si desaparece la apetencia en una de las dos personas, desaparece en las dos.

Esta situación puede generar problemas en la pareja. Bien sea por las situaciones que un cuadro de desinhibición pueda causar a nivel social, como el rechazo al contacto sexual que puede frustrar a la pareja.

Paco es paciente mío desde hace una década. Su mujer también ha pasado, hace unos años, por la consulta. Durante las pocas sesiones que acudió -nunca ha venido como acompañante de Paco-, no observé signos llamativos y típicos del Alzheimer. Pero ya ha llovido desde entonces.

La falta de actividad sexual con su pareja es un tema recurrente durante la sesión -le encanta hablar de muchas cosas, mientras le trato-. El rechazo, las manifestaciones de "repelencia" que generan en su mujer... Bromea con ello y me lanza los tejos -muy discretamente he dejado claro que estoy casada y muy feliz, sin ganas de aumentar la pareja, como bien nos enseñó el profe de logopedia y la vida misma-. Al principio me incomodaba bastante. Pero visto desde este ángulo, creo que no lo estaba enfocando bien.

Aún sabiendo que tiene Alzheimer y que ya tiene síntomas -siendo el aspecto sexual uno más dentro de la patología de su mujer y del envejecimiento-, Paco se resiste a renunciar a las relaciones íntimas con su mujer. 

Aunque no es mi campo de actuación, como profesional no dejo de tener cierta responsabilidad. A fin de cuentas, considero sus continuas referencias al tema como una llamada de atención.

No se si os ha pasado a vosotros. En mi caso, intento que realice todas las preguntas al equipo que trata a su mujer. Fijo que ellos pueden hacer frente, de manera más efectiva, al problema.